En las grandes épocas épicas de la expansión de los pueblos, cuando todo era novedoso y los arriesgados exploradores se maravillaban, sorprendían y aterraban con ciertas cosas que encontraban en su deambular, nuevos pueblos, nuevas costumbres, nuevos animales, antiguas malignidades...

Resulta que en determinada ocasión, allende los mares, en la isla que luego sería conocida como la Perla Sangrienta, un grupo de aventureros, comandados salvaje y desenfrenadamente, como era su costumbre, por Santiago, más conocido como “El Repe”, encontró una pequeña población, habitada por unos individuos de baja catadura y brutales y estragados rasgos, que denotaban la miserable existencia que llevaban, fruto de incestuosas uniones y aberrantes prácticas que incluían el elevado consumo de la planta narcótica conocida luego como “lacy”, que causa la disociación de la personalidad del que la consume y provoca terribles mutilaciones de cuerpo y de alma. Se llamaban a si mismos como Los Sebas...

En ese momento, en un rapto de conciencia cósmica, El Repe ordenó a una tropa de soldados que lo acompañaban, no con ínfulas de exploradores, sino como miserables buitres detrás del botín que podrían encontrar, a que se hicieran cargo de eliminar a esos despojos de hombres que, babeantes y de mirada aturdida, habitaban en esa tierra.

Y allá fueron, Diegui, Dany, Anthony, llevaron a sus concubinas, Lili, Sofiasol, Silvi y a sus bailarinas, de las cuales no ha quedado rastro de su identidad...

La matanza fue atroz, hombres, mujeres, niños, todos fueron apresados, violados, torturados y muertos. Las mujeres no se quedaron atrás en esos momentos y supieron ser más sanguinarias, violentas y depravadas que los hombres...

Sólo quedó una pequeña niña, que escondida entre las ropas de dormir, fue sacada de contrabando por Anthony, que se había prendado de ella y pensaba en largos años de iniquidades en su companía...

Esa fue la historia de los Sebas... dicen ciertas personas investigadoras de lo oculto, que esa niña, a la que Anthony la llamaba Vale, está propagando de nuevo esa especie maldita...