Y si tus ojos se deslizan en la oscuridad y tu mirada comienza a dibujar sombras; verás la locura, la gloria entre la basura comida por las ratas, los extraños ojos de la vida, el frío lenguaje convencional. Podrás percibir el perfume de la risa, las lágrimas del cosmos, el llanto de los ángeles, las bocas de los fantasmas, lo cinturones de los duendecillos, y las fases de la luna. Tocarás tu propia saliva, el ojo interior de tu alma, la rugosidad del aire, las paredes que te determinan, la barba del sol. Besarás a una mujer en la cueva de los sueños, la poseerás por unos segundos, luego se irá, la extrañaras y la recordarás, le escribirás unos versos y enontrarás a otra mujer en la cueva de las desilusiones, y a otra en el corredor de la mentira, y otra en el pasillo de la pasión, alguna en el cordón de la cordura y con ella te casarás.
Sentirás al viento hablando con el álamo, las voces que nacen bajo la tierra, los gritos de la desesperación, los golpes en tu puerta, las manos que te toman por lo hombros, la rigidez de la camilla, las luces de la ambulancia. Te verás entrando al cuarto acolchonado, atado a la camisa, sabrás que todo sigue siendo injusto. Entonces cuando apaguen la luz, tus ojos volverán a deslizarse en la oscuridad...