¿Hola?; decidi escribirte, pero. ¡Dios! La pregunta retumba, retumba sin cesar, sin consuelo, sin alivio. La sed de mis labios es perpetua. Y bueno, ¿cuál es el crimen?, ¿cual fue mi crimen?. Sospecho y parece que, de rencor he huntado mis manos; he sumergido en un mar de soledad a mi alma, toda y entera, tuya y de nadie. Ya no hallo una noche que me consuele, ni una luna para poder amarte, para intentar y poder tropezar frente a tu pulso inseguro e incostante; y quizas ese fue mi error, ese crimen que hace sonar las cuerdas de su musicalidad, gota por gota, como un caño abierto que hace caer cada uno de mis odios y crimenes. Que plural sono; solo fue uno y, me acecha el alma. Me acecha la vida, y eres tú; y si me adelanto sigueme, anhelo que pronuncies tu arrepentimiento. Y ahora, ¿que propones?; ya sabes que soy adicto a tus vicios, a tus tropiezos. Sabes, el verbo de un adicto es un 'amo', y lo hago, porque amo tus juegos, y se que tu amas los mios. Me despido, espero verte pronto.
PD: voy a hacerte mio.
Ana Claudia. |