La persistencia de la memoria
Cuando maquillo mi rostro, y acaricio mis párpados con grises tornasolados siempre recuerdo el viejo cuento en el mismo cuarto de hotel, estos días han ido poniéndose cada vez más difíciles, estoy a punto de perder mi empleo y he bajado varios kilos, a parte de todo el dinero que voy perdiendo en mi inconciente retorno al cuarto de hotel aquel donde todavía puedo sentir el olor a sudor, saliva, almizcle y sexo de nosotros dos.
El doctor Livanovich me ha propuesto una regresión anulativa, dice que no puedo vivir así que tal vez recordando y borrando a su vez desaparezcan estos nuevos hábitos que precedieron a tu muerte, pero a su vez necesito descubrir quien fue tu asesino.
Es una nueva técnica Señorita Suárez, recordar tres horas antes de la pérdida parcial de la memoria, luego ir hasta el lugar en donde se encontraba en aquel instante, tomar un punto y empezar a retroceder contando los pasos, mediante la hipnosis usted caminará al revés sin problemas de una forma totalmente natural, ubicando exactamente lo que hizo aquel día hasta lograr recordarlo todo, luego mediante la hipnosis esa línea de tiempo, entre el punto imaginario en el que comenzó el retroceso fisco y el momento exacto en el que perdió la memoria quedara totalmente borrado para siempre, por consiguiente podrá vivir en paz solo lo recordará una vez, pero para las investigaciones es necesario grabar todo lo que va visionando.
Pasados dos días llegué hasta el consultorio del doctor, esperé un poco pues tenia pacientes que atender, hasta que fue mi turno, me tumbé en el diván de cuero negro típico de todo consultorio, me colocaron una especie de audífonos, y me conectaron a un pulsómetro, colocaron luego unos visores sobre mis ojos con diversas imágenes muy coloridas que nada tenían que ver conmigo.
De pronto escuché la voz del doctor a través de los audífonos.
- Recuerde el último día que vio a Valentín,
- Es improbable que lo recuerde, ni siquiera la regresión es capaz,
- Empecemos ahora,
Escuche entonces el mismo sonido agudo en mis oídos de cuando tuve el bloqueo, pero esta vez era un sonido simulado por el programa de pronto deje de ver las imágenes y todo se torno oscuro.
- 8:43 de la noche cené con Fátima en el restaurante ese tan bonito cerca de la Av Principal, caminamos un poco.
- Sitúese ahora 3 horas antes del la ocurrencia, ¿Donde estaba usted?
- Estoy en la esquina del Open Bar.
- Deténgase ahora.
Entonces el doctor y yo fuimos hasta allá, siendo monitoreada otra vez por su voz en mis audífonos, camine de espaldas con soltura, la gente podía tomarme por loca, si un poco, bueno casi nadie camina en reversa, iba contando mis pasos con un pie detrás del otro y retrocediendo el tiempo me subí al subte, al bajar compre unas revistas, fui hasta el hotel, aquella fue una mañana exactamente igual a esta y yo nunca acostumbraba llegar a estas horas, la recepcionista estaba contrariada supongo por mi modo de andar, pedí subir al piso 14, habitación 1405, subí.
Cuando llegue, caí turbada sobre la cama tenía en mis manos un cuchillo. Los recuerdos que se produjeron a continuación, no solo hicieron que el doctor dejara el monitoreo, sino que no se produjera jamás la anulación del recuerdo, pues el doctor se sintió asustado llamó a la policía y suspendió la hipnosis.
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