Marco era un perfecto artista del escape. Le gustaba jugar con la muerte y podría decirse que coqueteaba con ella y, hasta, le hacía guiños. Su trabajo en el circo Go consistía en realizar una prueba de escapismo que cerraba el espectáculo. Cuando terminaba su show la gente aplaudía a rabiar. Luego, sin que sonara ni una música, se encendían las luces y todo acababa. La gente se retiraba perpleja y fascinada por el misterio del escape del artista.
El acto que ejecutaba Marco parecía, en principio, bastante simple. Le maniataban las manos tras la espalada. Le engrillaban los tobillos. Le vendaban la vista. Lo metían dentro de una caja fuerte de poco más de un metro cuadrado, doblado como un títere, y luego cerraban la caja con llave y la dejaban al centro de la pista del circo. Luego, un ahermosa asistente procedía a cubrirla con una sábana blanca. Cuando abrían la caja, luego de unos cinco minutos de gran tensión, el escapista ya no estaba en su interior, apareciendo dessde otro lugar del escenario, por una puerta, montando un caballo blanco.
Un día.................. (este cuento se está escribiendo, disculpe las molestias)