Me recuerdo caminando,
huyendo desesperado de la altura,
crucificando amaneceres de las ideas,
construyendo el movimiento de mis redes,
estableciendo leyes discontinuas para lograr verme.
Y me recuerdo agonizando por los amaneceres,
edificando risas falsas por estirar la cara,
manoseando las cenizas de mis sueños infernales,
descifrando el continuo curso de la vida atormentada.
Me recuerdo tan infinitamente humano,
que hoy me siento muerto ante tu beso.
Texto agregado el 23-02-2008, y leído por 139
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Lectores Opinan
23-02-2008
Pero es la puerta para un renacimiento. Y eso es bello. nevo_jg
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