I
Aclara en mi lado más fresco la sigilosa certidumbre de condenarme entre ramilletes de vacio.
No soporto ya más el anhelo, no soporto la vigilia de mi soledad, no soporto el espejo de reproches con el que convivo.
El cobarde es el que no vive, el valiente el que vive muy poco, será que la vida es una excusa para el sufrimiento… un largo tramo en busca de uno mismo, una constante jactancia acompañada por la fría sequedad del tormento, por el susurro prometedor de una noche en desvelo…
Palabras que no develan mas de lo que confunden, palabras que sugieren no aseveran, palabras que demuelen el instante perecedero.
¿Por que mis fibras ya no se estremecen, por que mi vientre no pide sangre, por que demuelo el tiempo con insatisfacción anhelante?
Quien mas que yo desearía vestirme de alguien, de algo, de alguienes, de nada, mutilarme en vacíos chocantes, enredados, acoplados por un calor incesante.
Mis noches no tienen mas frio que mis sensaciones, mi hambre no es de este mundo es solo de mi mundo. No quiero estar mas sola…deseo encontrarme.
II
Vuelo… no por ensueño de un personaje, vuelo por que mi carne así se dispone.
Vuelo por que mis dientes no resisten la tensión , vuelo porque mi energía no nació para ser estancada en la duda, vuelo en busca de la inseguridad que nos alimenta el alma, vuelo tratando de que mi vuelta atrás no duela tanto , no duela menos, me cago en todas las palabras que tratan de definirme, me defino por el temperamento de mi risa histérica y ansiosa, me defino por el silencio que da lugar al lenguaje de mis gestos, me defino sin artificios reflejos que ocultan mi vacio, me adentro en el , caigo primero con desesperación luego en ausencia hasta de ella….una palabra …. Ausencia.
III
No pertenezco al sol. Pertenezco al frio que que quema desde adentro.
No pertenezco al agua. Pertenezco a la humedad de mis pupilas desoladas.
No pertenezco al llanto. Pertenezco a la lágrima que se empecina en vivir en un parpadeo.
No pertenezco al barro. Pertenezco al espejo de lo que proyecta el alma sobre mí.
No pertenezco al vacio. Soy una conjunción de intolerancia, caos interjecciones de nada mutilada por la impotencia de no alcanzar el absoluto en algo.
No vislumbro la vida como una cajita musical que da cuerda la mano del tiempo ajustándome a las necesidades innecesarias de un mundo estancado que se bosteza a si mismo por el cansancio de repetirse, de copiarse, de entumecerse por su falta de acción.
Basta ya de ignorancia volcada en resentimiento, bienvenida la asuncion de los propios errores.
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