Yo, el primo

Recuerdo el día en que fue iniciado en el extraño mundo de los números, al principio solo se trataba de saber distinguirlos y presumir de saber contarlos. Resultaba algo muy parecido a ordenarlos de forma creciente donde el 100 era una meta volante para llegar al 1000, fatigoso eso sí, pero una verdadera utopía infantil de autosuperación.

Tiempo después, y sin apenas darme cuenta, fui introducido en la combinación de los números que simple y claramente me fascinó. Servían para todo, podías describir cantidades variopintas de manzanas, peras, lápices, tizas, compañeros, hermanos, años, amigos y para mayor sorpresa permitían administrarlos sabiamente a la hora de repartirlos o acumularlos. Todo un hallazgo.

Poco a poco la pendiente del conocimiento fue haciéndose mayor y el mundo de los números me pareció no tener fin, que si naturales, que si racionales, que si enteros, que si quebrados, que si cuadrados, que si ¡raíces!, ¡imaginarios!...., ¡primos!……..

La fascinación fue in crescendo y sin saber ni como ni por qué la numerología se abrió paso en mi vida y comencé a ver y entender la vida a través de los números, o al menos, a atribuirle un sentido concreto en mi universo interior. La propia esencia de la numerología se instaló en mí, y como muchos otros, pretendí, a mi manera, establecer la relación entre mi vida y la naturaleza.

Me inicie en esta “afición” una fría tarde de domingo, calculando mí carta numerológica a partir de mí fecha de nacimiento y esa tarde lo intuí. Posteriormente aprendí a relacionarla con mi nombre y así lo supe. Desde aquel momento místico los números han regido mi vida y a toda combinación le he buscado su lógica y su por qué, aunque, si he de ser sincero, no siempre lo he conseguido.

Al principio jugaba con los números hasta que fui encontrando un supuesto hilo conductor. Muchos se sorprendían cuando preguntaba por su fecha de nacimiento y me creían un poco cotilla, pero no era eso, eran mis ansias de relacionar eventos, situaciones y personas con hechos, pasados, presentes y futuros.

Para mi hay números familiares y otros no lo son tanto, aunque se llamen primos. Prefiero los “simpáticos” y “amables” a los “retorcidos” y “malencarados”. ¿Cómo se distinguen? Muy fácil, los números simpáticos son aquellos redondos, fáciles de recordar y que se hacen querer, como el 22, el 15 ó el 6, los amables suelen ser sutiles y suaves en su recuerdo como el 1, el 2, el 10, el 55 ó el 25. En cambio, los retorcidos, son por lo general “primos”, poco simétricos o antinaturales. Muchos los llaman “feos”, “raros”, etc, y a decir verdad hay algunos que se lo han ganado a pulso.

Existen muchas teorías sobre los números primos pero ninguna me convence. Creo firmemente en que sencillamente representan el mal universal desde un punto de vista numérico como parte consustancial de la naturaleza. Aunque la explicación es simplista, la propia naturaleza tiende a la simplicidad y nosotros y nuestro entorno no deja de escapar a las mismas reglas. La complejidad proviene de nuestra ignorancia, del desconocimiento, pero antes o después, la explicación simple y perfectamente bella se hace presente.

Los números primos suelen ser como los de la propia familia, son casi hermanos pero sin llegar a serlo ya que tienden a tener un punto antipático e individualista: son siempre impares, no combinan de forma natural y requieren siempre un pequeño ajuste para poder convivir con ellos. Los cuatro primeros números primos se salvan y en especial el 7, el número mágico, que rige una gran parte de nuestras vidas. A partir de allí la oscuridad……

Si escogemos al azar dos números primos como el 11 y el 13, su suma es 24, un número agradable que describe aspectos de nuestra vida como las horas del día o el conjunto dos docenas de algo, mientras que por separado son “antipáticos”. El 11 es mas que un 10 pero menos que 12 con lo que resulta de relación áspera con muestra mente, divide fatal y multiplica de forma apaisada. El 13 adolece de lo mismo que el anterior pero además le da un plus de superstición que huelga comentar y que hace que muchos lo eliminen por si acaso. Si tomamos otros dos como el 17 y 19, ocurre lo mismo, suman 36, tres docenas, un día y medio, el cuadrado de 6, nuestra temperatura corporal…… o sea, entrañable, próximo y natural.

No pretendo convencer a nadie pero el concepto básico es que hay números buenos y números malos, números resonantes y números pasivos o neutros, números testigo y números refugio.

Se me dio por estudiar combinaciones presentes en eventos positivos y en contraposición también en los negativos. Buscando entre positivos y negativos encontré los neutros, todo en calma, los testigos, atención, los refugio, vía segura, los resonantes, peligro inminente, etc…… Mis comprobaciones sobre hechos pasados se cumplían en parte como la profecía que se cumple a si mismo y por otra parte por ajuste de las combinaciones elegidas. No obstante llegué a creérmelas a pie juntilla y vertebraron en mí una fe muy sólida en su aplicación.

¿Cómo llegué a esa conclusión? Valga como muestra el siguiente ejemplo:

Casi todas las carreteras secundarias tienen lo que se suelen llamar “puntos negros”, o sea, tramos que suelen experimentar más accidentes que los demás. Algunos resultan lógicos ya que existen en ellos condiciones de entorno que así lo hacen pensar como mala visibilidad, trazado irregular, propensión a formarse bancos de niebla, arcén limitado o nulo, incorporaciones de tráfico, etc. Casi todos los puntos negros tienen una explicación, pero algunos no y ahí es donde he visto combinaciones que pueden justificar su existencia.

Pues bien, uno de esos casos es el punto Km 98 de una carretera que prefiero no mencionar, es uno de esos casos de los llamados “raros”, es una recta larga, en medio de un páramo bastante amplio y sin mayores señas de identidad que la soledad del pavimento en medio de la nada. Lo extraño de este punto es que se producen accidentes de tráfico de una forma regularmente sospechosa. La Dirección General de Tráfico la ha estudiado, según dicen, en profundidad, pero el resultado no ha ido mas allá de señalizarla como tramo peligroso y con una doble línea continua de no adelantar que extraña a cuantos pasan por allí y que no conocen las verdaderas razones. El número 98 es amigo, es el doble del cuadrado del número mágico, por lo tanto bueno, pero como todos los números es imperfecto en su generación y por extensión también tiene su lado oscuro. ¿Cuál es ese lado oscuro? Todas las combinaciones espurias de números primos que la generan, la cosa está clara…… No se ría, no es una broma, todos, si, todos, los que allí tuvieron un accidente cumplían con este precepto. Una familia de cuatro miembros de una familia se salieron de la vía dando tumbos, no paso nada que una escayola y vendas no pudieran curar, pero tenían 41, 37, 13 y 7 años. Dos personas que circulaban en direcciones contrarias chocaron de lado cuando uno de los vehículos invadió el carril contrario, tenían 67 y 31 años, uno salió ileso pero el segundo no tuvo esa suerte. Un camión se averió casualmente en ese punto Km y fue embestido por otro vehículo que dijo no verlo, los implicados tenían 37, 31, 17 y 11 años. La teoría es muy simple y se encuentra a la vista de todos, en todos los casos entraron en resonancia con el punto Km, o sea, sumaban 98.

Esto sirva como ejemplo, luego puede creerlo o no, pero ahí están. Para mi son claras y evidentes y una vez conocidas, se reconocen con cierta soltura y facilidad. Con estas certezas pasé a ver las “señales” o combinaciones testigos, las cuales me sirvieron de mucho en varios momentos críticos de mi vida. Si detectaba hasta 2 números primos en una secuencia cualesquiera, me ponía en guardia y vigilante, siempre acaba apareciendo el tercero en secuencia prima, no falla. Si la combinación se hace resonante con el entorno, la alerta se vuelve máxima y asumo posiciones y posturas seguras, buscando mitigar el riesgo dejándome guiar hacia combinaciones refugio.

Aunque pueda sonarle extraño, funciona. Tal es así que soy capaz de predecir el momento de mi salida de esta vida, lo cual hará las veces de telón final de una vida de cálculos, ……mi obra cumbre.

Ahora tengo 77 años, y casi todas las que veo son combinaciones testigo y resonantes. El fin se acerca y tengo la plena seguridad de que será en 2009, que suma 11, primo y 2, primo. Tras cumplir los 79, primo, que suma 16, o sea, 1+6=7, primo, y como nací en mes 11, primo, cuya suma es prima, 2, el día 23, primo, cuya suma es prima, 5, del año 1930, que suma 13, primo, que suma 4, número testigo. Abril es mes 4 pero aún no habré cumplido los 79, con lo que podría ser el día 4 de diciembre de 2009, aunque no es resonante a priori a menos que lo combine con la hora del día. Sin embargo no hay horas resonantes, ¿serán los minutos?, si, si, hay resonantes puros, 5:5, a ver….., será el día calculado a las 23:32 hs. Si, cuadra perfectamente. ¡Eureka!.

Sin duda mi hallazgo cambiará la humanidad, habrá desde hoy un antes y un después, desaparecerán los instintos básicos de supervivencia, la sensación de peligro, los accidentes, los malos entendidos, la relaciones humanas fallidas, las mentiras, los engaños, todo será planificable y perfecto……… también desaparecerán el valor, el amor instintivo, la incertidumbre en el futuro, la bondad, el azar, la esperanza, la fe…..….. ¡Dios!, ¿qué he hecho?