Mi señor:
Ya guarde las alas rotas dentro de mis gastadas botas. De que sirve soñar con lo lejano, con lo inalcanzable, si se tiene las mil maravillas en la mano. Si claro, porque no. La mano, los dedos, el olvido, el vino, la sangre, los muertos, el polvo y la ceniza, el fuego, la sal y la canela que da sabor al aire que nos rodea. Todo se vuelve mas importante que lo que decías antes de conocerme ¿o no mi señor?. Si antes ud era una peor persona, creo que yo también…
Pero ahora que todo cambia volemos bajo donde cualquier mano pueda alcanzarnos, o mejor no volemos, gastemos más estas botas que compartimos. Tenemos pies, lejos lo mas útil en la melancólica situación del olvido. Vamos que me debe una pelea de espadas, un te y quizás alguna que otra conversación. Total no hay alma que aguante la espera de años silenciosos ocultos en un minuto. Son demasiados añosmituos que espere, me aburrí y creo que me dedique a escribir. No, no es por talento ni por sobrarme, sino para gastar de mejor modo los dedos. No puedo salir a caminar de día así que gasto esto más cercano.
Yo se que su chispeante universo no gira en torno a mi, tranquilo que el mío tampoco, esto es mero aburrimiento que se será bien recibido.
Me dedico a unir dibujos y hacer patrones concretos que toman un significado porque ambos conocemos de sobremanera este código prodigioso. En otras palabras más simples, le escribo. Le escribo porque dice ser quien más quiere oírme, pero señor ud no puede oírme. Su sordera lo aleja de mis labios, sus años de carcelero lo obligan a odiarme, entonces en que quedamos.
Ay demonio, nos conocemos desde casi siempre y aún no lo ve. Yo siendo bruja vendí todo por usted, lo único que guardo de mi pasado son mis botas, donde oculte sus alas rotas. Pero dígame que opina. Almas de poetas soñadores ahora adornan mi lecho, manos de niños incautos, ojos de santurrones cegados por una sonrisa. Hay magia negra oculta en la blancura de la nieve, hay magia blanca aun en mis dedos de los pies, hay magia de la naturaleza en mi caldero; pero carcelero donde dejo el constante día a día.
Ya me dedico a ser accesible para los que me buscan, pero me aburro de esperar la noche cada vez. Me debe algo más que la vida eterna, o lo olvida. Una carta para sellar un destino y una carta para exigirlo de vuelta. Si no me devuelve, sordo anciano, el el poder de soportar un día pagará. No vendrán a ud mas tragafuegos, no habrá princesas cada noche y mucho menos un beso en la cola. No me vendo cara, solo por un poco más de atención, pero dígame Ladrón de Ladrones, donde esta eso que me prometió. Mil almas valen un día y yo ya merezco cien. Tendrá una y mil cartas mías, pues nadie mas quiere leer. Quien querría a la bruja que da la muerte como compañera. Lo único que le agradezco es la eterna cara de niña y las manos de pianista. Ahora exijo lo que es mio, exdivino. Sus alas serán siempre mías, en mis queridas botas, pero si no cambia esta situación, si no lee esta última carta…diga adiós a su pasado. Cuidado que hasta el mal puede olvidar quien es, sin su pasado.
Atte la bruja de las botas.
Pd: amor, trata de traerme sopa la próxima vez que vengas a verme dormir, así no muero de hambre al despertar y recuerda cerrar
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