Siento que esta cerca
el momento de despedirnos.
Tu partirás y serás feliz
dejándome a mi en una vida
sin sentido alguno
si tu no estas más a mi lado.

¡¡Por favor no te vayas!!

¿Qué va a ser de mi sin ti en casa?

No dejes mi vida a la suerte.

Has estado toda mi vida:
cuando te he necesitado,
cuando he querido estar sola,
cuando nadie más me ha entendido
tu has sido quien me ha escuchado
e intentado comprender.

Tu, que me has defendido frente al mundo;
tu, que me has visto nacer,
crecer,
me has formado desde la cabeza hasta los pies.

Soy tal como tu por que tu me hiciste todo lo que soy.

¡¡No me dejes, por favor!!

¡¡Muerte, no me la quites tan pronto!!

Tantas cosas que no le he podido decir aún,
tantas cosas que no le he podido mostrar,
tantas cosas que quisiera agradecerle.

Si te vas ahora,
las ganas de acompañarte me perturbarás el resto de mi vida.

Quería mostrarte que soy capaz de salir adelante,
pero sería mentira si no estás aqui.

Quería que me vieras feliz algún día
junto a nietos tuyos que yo engendraría,
junto a un hombre que tu aceptarías.

No me dejes, madre.
No soy aún capaz de nada de eso,
no soy aún capaz de vivir sin ti a mi lado.