No pude invocar el espíritu de Borges o Cortázar,
Porque escribí,
Porque escribí ahora soy el loco, el profeta,
El humillado y ofendido
O el jugador
Soy el fracaso del mundo
Oh poetas
(si es que queda alguno vivo)
Aunque antes fui
El que planteó el problema
De florecer las rosas
En los poemas
O dejarlas
Pudrirse como Venus
En el morbo de sus deseos
No se…yo no se
Que tan frenesí puede ser la vida
De un invocante
De un plagiador
De un traidor
Que escucha a camilo sesto
Y a brahms
En intervalos
De seis temas por vaso
O de cuatro y un café
Dependiendo
De la cantidad
De los cigarros
o de los conejitos
que pueda vomitar
camino al altar
boca arriba
con la cicatriz
en mi costado
No pude invocar a Kavafis
Nia a Neruda
Nia mi abuela
Que en paz descanse…
En esta sesión de encuentros
Los dados eternos
Me empozaron el alma
En un vaivén de círculos
Viciosos
En un traje
De fraile mendicante
Absorto en su miseria
Gustoso del silencio
Que semeja mi ausencia
En fin,
La vida es una barca
Como dijo
Ese calderón
Calderón de la mierda…
Texto agregado el 20-02-2008, y leído por 134
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