Madrugada. El espíritu de los muebles se alborota y estos crujen desaforados. Desvelado en aquellas horas inciertas, todo simula ser un presagio, ¿quien no ha imaginado un catafalco que cruje en la penumbra? En la amplitud de la noche, esos sonidos provocan un orgasmo de latidos dentro de mi pecho afiebrado.
Madrugada que se arrastra pegajosa, en medio de murmullos equívocos, ladridos lejanos y este corazón arrítmico que se niega a sosegarse. Imagino que la muerte me ronda, que me ha sorprendido inerme en medio de las sábanas y ahora sonríe, sólo sonríe. Nada me duele y sin embargo, imagino que agonizo. Me levanto para mirar el hueco que ha dejado mi cabeza en la almohada. Suspiro aliviado. Se cuenta que los muertos se ven a si mismos, rendidos ante el plazo fatal.
Noche de crujidos y presencias sutiles. Me sé acompañado, una corte de seres invisibles me rodea y me examina a través de ojos sin pupila. He visto demasiadas películas de terror. La noche es mala consejera para pensar, sobre todo si uno está solitario. Enciendo la luz. Me perturba la quietud de la habitación, todo está en su lugar. Me recuesto, mi imaginación se desemboca sólo cuando estoy tendido, a merced de todo, pusilánime ante el misterio que trasciende en las sombras.
Los buses comienzan a rodar en las calles, la aurora se manifiesta suavemente, del mismo modo en que mi corazón se aquieta y mi respiración recupera su andar. Me duermo. Los sueños acuden a mí con sus paisajes deformados y esos ambientes tan reconocibles, pese a ser tan distintos.
Despierto y me levanto para tomar un vaso de agua. Mientras me contemplo en el espejo, me pregunto cuantas veces habré muerto hasta ahora. ¿Quién me asegura que ahora no estoy en un plano distinto y mi otro cuerpo, yace en su lecho, invisible a mis sentidos, pálido como la faz de la luna?
¿Quién no me dice que la muerte no es más que una infinidad de escapes en un enorme parque de diversiones, en el que las preguntas no tienen otra respuesta que una puerta que se cierra y otra que se abre, así, en la más condenada y absoluta perpetuidad?..
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