Era el lugar donde aún la herida, nombre no tenía - no obstante - tú, ya eras su apellido. desde aquel instante sé de dos caminos para llegar a la piel prometida. Uno ancho, lleno de flores otro angosto, lleno de espinos y otro que no es mujer todavía. Pero no es cuestión de cual me lleve primero, ni de tal después, sino de cual sea hasta el último. Noc.
Texto agregado el 19-02-2008, y leído por 590 visitantes. (17 votos)