Secas
las palabras
negras al sol
melodía de silencios.

Blanca
hojarasca
cubre mis ojos
esconde mi corazón.

Silencio,
que la noche acecha
tras el balcón
de la sucia calle
de un adios sin adios.

Lo que nunca estubo
deja crateres inmensos
en lechos de barro fragil.

Las palabras se esonden,
se encierran, se entierran,
son historia de un ayer
que las cambió
y ahora no pueden ser
mas que nada:
blancas.

Lagrimas,
cargan lagrimas a sus espaldas,
jornaleras de la melancolía,
y la mediocridad,
tras ellas, recuerda
que ha visto desfilar ejercitos
de uniformados poemas
sin ideas.

La poesía se reinventa
sin poder desprenderse
del todo de ti.