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Inicio / Cuenteros Locales / megalomaniacko / ::Percepciones Astronómicas Sobre El Amor::

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Conversaba con alguien que se cree mi amiga, y nos adentrábamos en las siempre mencionadas dialécticas del amor, la fidelidad y los cortejos.

Cigarrillos, cafés y extrañamente; jugos de naranja, acompañaban a la tarde que ya en evidencia sucumbía ante el poder de la noche, mientras la montañosa estructura de un centro comercial, con su ruido y crujir, regocijaba en mi pecho la sensación de querer alejarme. Mientras, en su más extraño ruborizar, ella preguntaba con espesa tonalidad profesional:

-Que te gusta más, ¿Enamorar, o que te enamoren?

De inmediato al ver sus ojos entre esos inmensos espejuelos de plástico, evité que mi gesto de “más de lo mismo” fuese percibido por la habilidosa inquisición de esa persona. No contesté de inmediato, y no porque no tuviese respuesta, sino que hay momentos en los que es mejor desesperar un poco al oponente, con el fin de darle a entender sin que la cuenta salga a relucir en semejante ambiente.

-No sé, -Típica respuesta. –Creo que todo depende de la situación, preferiría enamorar puesto que la seducción y el cortejo me causan placer, aunque cuando alguien intenta enamorarme, me gusta porque se toma el atrevimiento de meterse en un lugar completamente desconocido, pero tiende a aburrirme, porque el termino invita a la gente a obligar el gusto, y creo que es más conveniente darse a conocer para poner en el manto las condiciones con las que nos podemos encontrar.

Ella sonrió, pero sinceramente no por mis palabras, sino la divagación que las mismas aportaron al momento de la interpretación. Ya que tal vez en este momento en el que me encuentro escribiendo bajo el manto musical de Sergei Rachmaninov, mi habilidad de hacer formas a través de letras hagan una interpretación sencilla y fácil de entender sobre ese momento, pero la realidad era otra, ya que en aquel instante di más de 7 respuestas, encendí 3 cigarrillos y tomé más de 6 sorbos de jugo de naranja para rematar con el café. Sus ojos dejaban luz a la importancia y más que todo a la curiosidad curiosa de verse a sí misma preguntar tantas veces.

Pero ahora, que tal vez soy victima de las entrañas del papel y la computadora, razono de mejor forma su pregunta, y como era de esperarse, me parece absolutamente relativa, y motivado a esta sensación de conocimiento a la vez sepultado en un manto de humo, desprendo mis dedos con la intención de interpretar de forma convincente, este precioso cuadro, analizando el conflicto que fluye desde la composición misma del tema cuando este viene enraizado en la cabeza de un ser humano.

No voy a comenzar esto con alusiones al tema de Shakespeare, pero reconozco que es pegajosa su eterna frase, cuando cambiamos las palabras y decimos: “Enamorar o Enamorarse, he ahí el dilema”. Creo que el término parte desde los rincones más escondidos del cerebro humano, ya que la descriptiva anatómica por muchos años ha caracterizado a este sentimiento como una de las respuestas tal vez más intrigantes y confusas del Tálamo. Decir enamorarse es comenzar a sentir amor por un sujeto, mientras que decir enamorar implica comenzar a seducir al sujeto para que este se enamore de la persona, pero ¿Dónde queda entonces el verdadero amor en los dos caso? Ya que la posesión siempre aparece como principal suplemento del tópico compuesto en la ambición humana del placer. El amar, sentir y vivir que siempre deseamos tener en una forma segura y garantizada, que irónicamente debe estar encaminada en las vías del conflicto y la confusión.

Podría pasar aquí muchos días, meses, hasta años completos, igual que en el ensayo de Balzac, contemplando los fundamentos científicos y diáfanos que aparecen en el tema, extirpando su origen social, su psiconomia, poniendo en perspectiva los aspectos que le componen dentro de bases seguras y confiables, capaces de mostrar el lado menos decrepito de las afirmaciones analíticas, pero como este tema se origina en una tarde cualquiera mientras el café, el jugo y el cigarro hacen de las suyas, instaré a partir de la sensación que me provoca tratar de describir con mis propias palabras algo que creo comprender, que puedo sentir de buena forma, pero, que me parece absurdo explicar con aforismos detallados, líneas lógicas, y palabras exactas.

Decir enamorar tal vez sea una piedra de tranca desde el primer momento en que el sujeto hace contacto visual con su objetivo, ya que primero el objetivo no es un objeto sino un ser humano, una persona capaz de pensar y de interpretar el mundo a su manera, con sentimientos propios, con emociones basadas en experiencias que le muestran la tela del universo desde su propio estupor. Por esto, dicha tarea encaminada en una sociedad excesivamente complicada con el nombre titular de “enamorar” adjuntado a su aspecto cómico; lo sobreentiendo como un sin fin de actos, artimañas, detalles, palabras y trabajos de aspecto cuasi-romántico que se trazan la meta de llamar la atención de la persona que gusta, lo cual sin duda genera una impresión errónea, ya que el cortejo y el conocerse se confunden dejando una línea delgada a la interpretación fantasiosa, lo que genera que en un futuro, luego de que ese enamoramiento haya sido consumado y que el valor se haya degradado en su más fútil efervescencia, los factores propios de la personalidad humana comiencen a aparecer ante la perceptiva realidad que cada quien interpreta, logrando dar a entender que a la final la primera impresión tuvo un objetivo a cumplir, y cuando este se ejecutó satisfactoriamente, perdió por completo ese sublime encanto del cual las parejas se alimentan en la actualidad.

Mientras que, decir ser enamorado como acto en el que es el sujeto el que se acerca (Se sobreentiende entonces que somos los objetivos), para dejarnos envolver por la maravilla de acciones y procuras que el oponente realiza tal vez sea un poco más sincero, pero no pierde el aspecto de irrealidad, ya que estaríamos expuestos a la inversa proporcional de enamorar, lo que a la final generaría el resultado expuesto en el primer punto.

Pero ante todo esto, soy conciente de que cada quien es libre de interpretar a su manera los movimientos psicológicos y sociales que enmarcan al mundo, pero esta libertad tan relativa no hace que escape la pura condición de ser un simple circulo vicioso. Por tanto, no quiero caer en la depresiva de exponer un punto de vista propio con el fin de que todos puedan seguir un patrón, más bien trato de responder la pregunta que tal vez ese día no supe responder con grandilocuencia:

-Ninguna de las dos. –Imaginando que respondo. –Ya que seria entorpecer la sinceridad con la que dos cuerpos se acercan. Prefiero ser conocido, darme a conocer tal cual como soy y exponenciarme a conocer a esa persona, ver que le gusta, ver como piensa y su actuar, encontrándome con su cultura, con su sentido del gusto mientras me pongo en la punta de su visión para abrirme completamente como un libro con el objeto de que pueda ver lo que soy tal cual, para que en un futuro, pueda reaccionar con inteligencia ante los elementos que el tiempo supone para cada uno de nosotros.

El universo, tal vez sea la explicación certera del amor ante los humanos, pero como siempre son muchos los que se niegan a ver su exima realidad. Ya que, la contracción de la masa por la gravedad es contrarestada por el efecto de expansión impulsado por la onda que el principio proporcionó según lo descrito en la teoría del comienzo y la inflación, haciendo que el Cosmo siga creciendo y en su trayectoria encuentre un final, ya que la luz siempre tiende a ir hacia la oscuridad.

Por esta sencilla razón, creo que en ves de enamorar o ser enamorado, lo que importa en realidad es tener el espacio completamente abierto y sin prejuicios, para observar, apreciar y disfrutar todas las maravillas que las nebulosas, las estrellas, las supernovas y hasta los agujeros negros nos regalan en cada día, explicando con carácter sutil, aquél amor que todos los humanos intentamos entender a diario.

El universo muestra su magnificencia, en una extensa libertad que compone cada sistema, galaxia y átomo dentro de él, estando demás decir que nosotros seguimos dentro de sus limites, lo cual me dice, que la condición principal que convoca al amor en el cuerpo humano, es la libertad de poder expandirse en la vida sin ser retenido, impulsado cada día a crecer más.
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::Ed & El Impío::

Texto agregado el 19-02-2008, y leído por 134 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
20-02-2008 Buena respuesta ,sí.Me parece un desgaste tremendo enamorar.Los "objetivos" son desconocidos,son sólo atrayentes hasta que se decide ahondar en los cerebros.Si no atrae eso que no es fachada,es un trabajo de vuelta a empezar.Enamorarse me parece otro tipo de desgaste a veces satisfactorio y otras con finales desastrosos.No por ello en cualquier caso digo que sean inútiles esos desgastes.Respetando,claro.Deduciendo por lo tanto que soy de Urano y comparto la idea de que somos parte de ese cosmos.El amor se desperdiga por la galaxia,concluyendo,el amor no existe realmente,es sólo parte de lo que respiramos.Inspiramos...y expiramos... australia
 
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