llegando encontré sorpresas que llenaron mi imaginación. una de ellas es un cuento que vislumbré en el baño mientras leía un libro...
es una cucaracha que sale del caño y se pone a pasear por mis pies. sin pena ni asco, la aplasto con mi libro. saco lo que queda del bicho del libro y lo tiro al piso, luego, sigo leyendo cuando noto que esa rumita de cosa aplastada sigue caminando. le pregunto: ¿adónde vas?. no sé, responde. ¿te he matado?, vuelvo a preguntar. una parte de mí, sólo una parte, la otra aún sigue su curso..., dice, ¿cual es tu curso?. el rumito de lo quedaba de cucaracha se detiene y se separa una parte de él, luego, otro pedazo se separa hasta quedarse en cuatro partes, no todas iguales... noto que todas las partes menos una se quedan, tan solo sigue una parte del bicho... la veo seguir hasta llegar a la esquina del baño. intenta subir... ¿quieres que te ayude?, pregunto. no, puedo yo solo... la veo subir hasta llegar a la parte superior del baño en donde hay una mata de arañas, esperándola... ¡¡sube!!, gritan las arañas que no son mas grandes de un grano de arena. el resto del bicho sube hasta llegar a los cientos de bracitos de arañas que bailan en una hermosa telaraña en la esquina del baño... ¿allí ibas?, vuelvo a preguntar. sí, responde ante las risas y burlas de los cientos de arañas... me levanto y cojo una caja de fósforos. luego, cojo una vela y la enciendo. la acerco a la telaraña de la esquina de mi baño y las quemo a todas... todas parten despavoridas por el fuego, mientras noto que el resto que quedaba de cucaracha salen por pedazos en cada araña... ¿eso querías?, pregunto. sí, responde, todos llegamos a lo mismo, a una enredada verdad, metamorfoseada en dolor y oscuridad, pero al final... todo es un punto final y una vuelta a la página... la vi quemarse, así como a todas las arañas y luego, me senté en el water y continué mi libro... sonreí, y no supe por que...
san isidro, febrero del 2008
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