La certeza no se donde me dejo abandonada. Tirada. Con los dedos amarillos y las uñas largas.
El útero pide a gritos anestesia. Y yo le doy consuelo. Una mono frotada, acogedora.
Los sueños ya no son terribles, pues distingo la realidad sobria y adolorida. Con insomnio y arritmia.
Mamá no está. Lloro.
Me voy alejando poco a poco de lo que fui.
No quedan textos subversivos. No queda mujer lujuriosa. No quedan mentiras.
Me desnudo ante un Santiago ensimismado y extraño cielo-sur.
Me voy vaciando, agotando, renunciando. Asustando.
Me voy cabeza baja caminando entre rostros que descubren mi pasar. Y les parezco tan patética que ofrecen ayuda.
Todos ofrecen ayuda.
Todos merecen el cielo.
Hoy extrañamente hable conmigo.
No hay caso de ponerse de acuerdo.
Siempre hay algo o lo otro.
La verdad es que poco importa.
Texto agregado el 19-02-2008, y leído por 137
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desde la inmensidad de este cielo, te invito a leer la luna ciega, que pasará en forma de eclipse el miércoles 20 ... a eso de las 22:40. No faltes te espero. :) y
***** apatrida
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