Mi voz, gutural,
que habla a los prohibidos.
Tu, escucha atenta,
Pero quedate entre los vivos.
No mires hacia atrás,
Tus blancas pupilas
Incólumes, inocentes
Y fijas
En la lejania terrenal.
No calles los respiros
Que seducen tu nuca,
Deslízate, acunate,
En mi boca hambrienta de ser.
Soy menos un disfraz,
La piel que no puedes tocar,
Besos afilados,
Parpados que nunca despiertan.
Un corazón que no palpita,
Sangre malsana
Que no corre en tus arterias.
Pulmones maquinales,
Aire sonico y toxico,
El que juguetea con tu cabello.
Sabes, no soy un redentor,
No tengo luces que domar.
Aun menos una fortuna,
Mis ojos no son ciegos.
Veras, no soy un Angel.
No cobijo a los caidos.
Soy solo un polvo breve,
Y el placer es todo mio. |