Entraste a mi vida sin avisar,
como un gran rayo de luz me cegaste de una forma muy particular,
desde el primer momento me miraste,
pero a diferencia de los demás miraste sin juzgar,
casi una gran enseñanza hasta para conmigo,
tu forma de hablar, de hacerte notar,
y de adoptar y respetar cada palabra de quien escuchas
es fantástica.
Quizas en este momento pienses que solo trato de persuadirte,
pero tengo la esperanza de que me conozcas como dices,
y como desde un principio ambos dejamos en claro,
que preferimos tener alguien con quien contar,
que tener a alguien a quien querer sin ser queridos,
que tener un momento desenfrenado de pasión absurda y helada,
que tener una razón más por la cual quejarnos.
En momentos hubiese deseado no haber leído
que algo con vos sería imposible,
hubiese deseado no haberme rendido antes de enfrentar mis miedos,
hubiese deseado abrazarte y jamas soltarte.
En este momento escribo, por que simplemente me di cuenta,
que un jamas solo es una ilusión,
al igual que lo son el espacio y el tiempo,
los anhelos que se representan mediante mis sueños,
son el mas claro ejemplo que debo seguir,
sin tener miedo,
pero, mi miedo mas profundo para con vos,
es hacerte daño, por ser egoísta y pensar en la felicidad
de solo uno de los dos.
Con estas palabras solo quería dejar en claro,
mis pensamientos hacía vos,
y reiterarte cuales son prioridades antes que mis deseos,
y también para tener una excusa
para ponerte a dudar, en una forma muy inocente,
sin prejuicios ni criterios de por medio,
solo en la forma mas primitiva de ambos... |