CARTA SOBRE MI PECHO.
"MIERDA"... Cuantas veces había estado naufragando,
en esa pobre balsa de ilusiones en la cual me había aventurado,
los ojos se me irritaban,
la boca estaba seca,
el sol era tan intenso que me recordó una silueta de tú cara,
y hable conmigo,
me dije "a veces los sueños, son la realidad más profunda
de estos mares, no te preocupes por si no se cumplen,
de por si, será un "deja vu" si se hicieran realidad,
además en este mundo de nadie ni nada,
son el tesoro del pirata muerto".
Solo en ese desquiciante momento me acompañaba Mí pasado y Mí futuro,
ambos tan extremos que se anulaban en "pica-pala",
y en la pasión de la discusión a ambos asesine,
los arroje al dulce fuego que emergía de Mis mares de ensueño,
será que en ese momento quede como un ente somnoliento?
Estuve pensando toda aquella noche, de mareas altas y rojas,
de fuertes vientos violentos como tú forma de querer,
que en medio de horror experimentado,
quede en la nada, volviendo a ser el naufrago de Mis palabras,
Solo de recuerdos vivía, y en el momento se ahogaron,
como ese "yo" que hasta hace un instante solía ser,
y que otro ser dorado recupero,
de en medio de ese mar cruzado,
de intensos vientos que acabo con Mí cuerpo,
y sobreviviendo sobre la única tabla de
Mí barca de recuerdos,
que retrataba la vivencia más valorada,
de ese pobre alma de paso que ya es pasado.
Pasaron dos cuarentenas... las islas pasaban como nubes en el cielo,
no paraba el tabla, ya que no manejaba mí pedazo de barca,
me guiaba a un olvido estúpido del ser y la nada,
y en plena tierra después de muchas lunas,
y tras arduos viajes y anécdotas que ahora no existen,
en la isla prometida no estabas,
por que en Mis sueños solo eras una pincelada,
de la ignorancia de mi "filosofía",
y arrodillado gritandole a una planta,
que en frente de mi se levantaba
como el gaznate pretérito que maté en la balsa...
Castigado nunca fui por ser racional en ese surrealismo digno,
digno de recordar... digno de adorar,
digno... por la tripa revuelta que hace un "nada" escribió estas palabras.
y para cuando encuentres esta carta,
te reirás por el simple hecho de haberte dado cuenta
de que la realidad es tan pobre,
que da pena. |