Vez como las horas de tu vida se pasan.
Intentas llenar todo lo que falta ella con trabajo
Escuela, tareas, ilusiones sin cumplir.
El día se satura, sin sonrisas
Compañía o caricias.
Apenas has tenido tiempo para darte cuenta que hay gente que vive al máximo.
Con la frente fruncida cae la noche.
Has pensado que el amor tiene que llegar, pero que falta paciencia,
Que no es justo hacer sufrir a otras personas enamoradas.
Maldita paciencia
Lo único que pide es tiempo
Y saber que el tiempo correrá toda la vida sin ti.
Dejas de lado la pasión, aceptas que sientes lo mismo
Pero después te arrepientes y
Vuelcas todo, para entonces dejarlo como era en un principio.
Con el cansancio que alumbra el fin del día
Apenas y recuerdas lo doloroso que es no recordar como amar
Y piensas que ella también ha empolvado la idea de perder la cabeza por amor.
Cada vez que por la ventana miras a lo lejos esas nubes marchitas que figuran un mar
Tus ojos vuelven a fulgurar en la lucida memoria que con trabajo los hielos que derriten en el güisqui te hacen que devolver.
Piensas, alguna vez en esas pupilas brillo la luna, en el tiempo que fue mía, cuando la bese.
Cuando con una calidez tus manos resbalaron poco a poco en su cuerpo, y arrullados por esos insaciables labios, tus palmas vagaban en sus pechos.
Pero hoy que todo se vuelve nítido y sin sentido
Ahora te ahogas con la madrugada, intentas encontrar la razón que nunca hallaste para perderla, para que se marchara.
Sabes que tu luz aun la persigue,
Pues cada vez que sus pasos retornan tu camino
La oscuridad se hace aun más negra, mas azulada, mas vacía, y su lejanía es reflejada por el eco.
Tendrías que haberle confesado, esto que el orgullo te hizo callar
Dejaremos por un momento la oscuridad de tu camino y lo grato que fueron los momentos a su lado, y te entonces dirás: Tengo miedo de olvidarla.
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