Inicio / Cuenteros Locales / Rojosangre / 84 de De La Calavera Abrupta
De tu rabo de mico, nuestro asado de tira
Secretas amarga y te hundes en seda
Dijiste que pena a veces te sobra
Encantarada te salvas de él
Ranuras y diales permiten oírte
Pasaste corbata, compraste barato
Vapor de bencina, después del hálito
Inteligible señal de explosión
El desodorante que nos justifique
No garantiza te ganes la paz
Olí tu exotismo en la cola del dengue
Dicen que en Brasil hay tanta huevada
Por dios que te vi en plena emergencia
Tendiendo un cuchillo entre tus pies
Permanecí enterrado en silencio
Traté de angustiarme pidiendo perdón
Torré mis recuerdos en tu alma tranquila
Comí tu ternura tendido de guata
Trabé mi dolor en cada trayecto
Que recorriste a paso de perra
Conté hasta diez y henchiste tu pecho
Lamí en tus encías terror a la carne
Te convencí de hacerte la tonta
Tranquila probaste la punta del pico
La música afirma que tiene torpedo
Que en cada materna hay dos penitentes
Tu boca calcárea no piensa lo mismo
Te vas de cabeza a la tara de dios
Que por la chucha, no sigas con eso
Conminas mi cuerpo a ahumar tu espesura
Después del esquisto ya no te soporto
Y estampo mi filo caliente en el sur
Acaso la pura rabia no alcanza
Para demoler tus dientes de rata
Con cada incisivo incrustado en mi piel
Casi fenezco hartado de sal
Protesto y transgredo o muero allanado
Permite jadee allende los litres
Debajo de ti que caben rebeldes
No derrotaré tu aliento sanguíneo
Chocamos de frente, definiéndome en rojo
Acometiste contra mis sueños
Paño asesino que abrazas legañas
Que tanto tiempo costaron sellarse
Serena roíste cualquier resquemor
Tornado en becerro, reviento en el hierro
Cumplí con traer mi cuello hasta ti
A ser cercenado en tus garras trigueñas
Trabajo en esto bastante lento
Prometo acabar al tres y al cuatro
Retoques de gula adornan mi rostro
Pareces ambigua respecto del plomo
No sabes que cuando no intoxicas
Haces peor, rompes las huevas
La noche que ignora como nombrarte
Teme gastar tu cupo al infierno
Gañán no te acerques me puedes matar
Gritas sonora a la muerte siguiente
Como derretir tu cuero de monja
Fuera de mí, me siento seguro
Que fuerza tienes para cabalgarme
Promete ahogar mi lengua en nieve
Puedo tratar, aislarte del viento
Rezarle mentiras a un santo finito
Palos de ciego para solventar
Desesperado el ritmo del cambio
Preludio de años y años de espera
Previo al final los nervios palpitan
Ahora que dudo hasta del hambre
Que conchetumadre, me estanco en la niebla
Repito austeras plegarias de miedo
Recuerdo tu iris cansado cerrarse
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Texto agregado el 17-02-2008, y leído por 260
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Lectores Opinan |
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18-02-2008 |
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La expresión flaitona para mi gusto manda en esta poesía, con otra máscara de la tonta lesa musa a pesar de la calentura, se lee rabia y dolor pero un bueno ya para poder vivirla, me quedaron rondando los fuertísimos 'No sabes que cuando no intoxicas
Haces peor, rompes las huevas' y ese 'La noche que ignora como nombrarte
Teme gastar tu cupo al infierno' que insinúa un toque romanticón que no destiñe con el resto del lenguaje, trabajado en forma tal que he tenido que paladearlo con la intuición más que aprehenderlo. quilapan |
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