Demonios internos

Estaban allá afuera, en el comedor, podía ver sus sombras debajo de la puerta, en vaivén caminaban, se escuchaba sus voces murmurar, hablaban por lo bajo para que yo no los escuchara, tal vez tramaban como entrar, tal vez solo era cuestión de asustarme, realmente si que me asustaron.
Ya van 5 hora que rondan el comedor de mi casa, todos están dormidos, todos esperan despertar para irse a trabajar, y el despertador que esta atento aguardando la hora de su fiel trabajo, todos duermen para despertar, y yo que estoy despierto desde que me acosté con la idea de dormir con mi conciencia tranquila, pero nada de esto sucedió desde que entre en la habitación, apenas cerré la puerta escuche un ruido tremendamente fuerte, cuando abrí la puerta para ver que era lo que había pasado pero todo parecía estar en su lugar, pero el ruido era como si un vidrio se hubiese roto, pero nada estaba roto.
Esta casi amaneciendo, los pájaros empiezan a cantar, los gallos empiezan a cacarear, y yo que no llevo la noción del tiempo, no quiero ni saber tampoco, no quiero asomar el ojo por la cerradura por miedo de ver lo que no quiero ver, pero se lo que hay allí afuera, y hay cosas en la vida que por más que sepas la verdad, te haces el tonto para que esa verdad te caiga menos pesada. Están allí y ellos saben que yo estoy aquí adentro, pero no pueden entrar, no hasta que yo baje la guardia, ese es el momento indicado para atacar y alimentarse de mi mente y alma y yo no puedo dejar que eso pase, es por eso que tengo que mantenerme despierto, desde hace casi 6 horas y media que ellos están allí, con sus “dientes” afilados, listos para devorarme la vida.
Ya nada puedo hacer, el miedo me impide mirarlos fijamente a los ojos, así como me impide moverme de esta cama. Golpeando fuertemente y disimuladamente la puerta para que mi miedo aumente, pero no me voy a dejar engañar por esa mentira absurda.
No puedo esperar la ayuda del sol que esta pronto su llegada, de nada me ayudaría, estoy en medio de la madrugada tratando de esquivar a unos demonios, estoy solo en esto, solo conmigo mismo.
De repente alguien parece estar a mi lado pero no logro ver nada, siento su presencia a un costado de la cama, siento el calor de una brisa, que me acaricia y que me tranquiliza. Escucho un susurro en el vació de mi habitación de esa presencia que decía una y otra vez:

-Duerme, duerme que todo estará bien cuando despiertes, yo seré el ángel que cuidara de ti, mientras te pierdes en una utopía.

Malditos demonios embusteros, cuando desperté...ya estaba muerto
Sin darme cuenta, ellos ya habían entrado...