Admiro en Ti… para Tamara
(Raymond)

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Admiro en ti, la fuerza y la entereza,
la humildad y sencillez que te define,
El coraje de luchar con tal fiereza,
Y la ternura de tu amor, siempre sublime.

Admiro en ti, la voluntad de seguir viva.
Reanimando un corazón, aún dolido,
Por que sufriendo, te ríes de la vida,
Y trabajando, olvidas lo sufrido.

Admiro en ti, cuando has reconocido:
Te equivocaste; por fin lo has aceptado,
Pero aunque te hayan dejado en el olvido,
Al fruto de tu error no lo has abandonado.

Admiro en ti, al ser de tus entrañas,
Que siempre con amor has protegido;
Del dolor has limpiado las cizañas,
Y el engaño has dejado en el olvido.

Admiro en ti, que sin libros aprendiste,
y amamantando a tus hijos demostraste,
A tu buen entender, lo que pudiste,
Que con dolores de parto te graduaste.

Admiro en ti, tu vocación de Madre,
Y que el mundo no critique, ni se asombre,
¡Que tus hijos, no necesitaron padre!
¡Ni tampoco tú, necesitaste un hombre!

Admiro en ti, que a tu hija le enseñaste,
A ser digna mujer, desde pequeña,
Acercándote a Dios, le demostraste,
Nunca fiarse del hombre que desdeña.

Admiro en ti, que a tu hijo has enseñado,
A comportarse en la vida como un hombre,
No negando la semilla que ha sembrado,
Y aceptando el deber que corresponde.

Admiro en ti, tu enorme fortaleza,
Por que el dolor no te ha borrado la sonrisa.
El sacrificio te dejó mucha tristeza,
Pero el amor te convirtió en mujer sumisa.

Admiro en ti, aquello que tú añoras,
Por que crees en el amor que aún te espera,
Fingiendo estar feliz, a veces lloras,
Y siendo lo que eres… aún sigues soltera