Ves aquel árbol danzante.
El que se mueve con gracia
De la tarde seductora,
Y dialoga con los espíritus
Maestros del viento
Sonriendo siempre al cielo.
Siente su energía tan fluyente
La que se esparce como espora
Con la fuerza matinal
De una época nativa, diluyente
De paz y virtud
Y que ahora ya no sobra.
Ves como recibe en sus ramas
Las saetas de los segundos
Envejeciendo tan lentamente,
Olvidando su imagen maderaza
Enterrándose cada vez más
Para los días de muchos dramas.
Siente su deseo de vivir
Y que se escucha
En el último rincón de la tierra
Para un mejor fruto conseguir.
¡Mira su gran deseo de existir…!
Juzga entonces, esa ansiedad
Con la que permanece el hombre
Y con la que quiere morir,
Olvidando entonces la tierra buena
De un mundo digno vivir…
Texto agregado el 16-02-2008, y leído por 197
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Lectores Opinan
16-02-2008
Me recuerda el poema al olmo viejo de A. Machado auqnue sea una reflexión. Muy bonita juaniramirez
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