Sabes que siempre estaré esperándote y rogando por que vuelvas, no importa si me has dejado, si me has destrozado el corazón una vez más.
Mi hombro siempre te estará esperando sin ser capaz de darte un reproche jamás.
Soy incapaz de mirarte a la cara para decirte cuánto me ha dolido tu indiferencia.
Las ganas de pronunciar palabras en contra tuya que son infundadas por un orgullo herido varias veces se desvanecen cuando veo tus ojos que me hacen caer una vez más a tus pies.
Dime, ¿dónde has ido?
Ha pasado un tiempo desde que no venías a pedir mi consuelo para dejarme nuevamente.
Siempre tuve algo que contarte:
los amaneceres sabiendo que ya no estabas conmigo parecían tardes de otoño.
Mis largas noches antes entretenidas con la ilusión de que algun día estarías acompañándome en la cama han quedado atrás desde que me dijiste que ya no seguiría la historia.
Y aunque sea la tercera vez que dices lo mismo y ninguno de los dos cree ya que no regresarás me duele imaginarlo.
Te estaré esperando para que me digas que me necesitas y verte partir nuevamente.
Mientras tu buscas una reemplazante de mí.
Sabemos que no la encontrarás.
De alguna extraña forma...yo soy tu y tu eres yo.
Texto agregado el 08-04-2004, y leído por 592
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