Nexos De Pasión
En el centro la estrella iluminaba toda la habitación taciturna y abandonada, ahí se encontraba, la estrella que había bajado para mi amada hace mas de 50 años, el mismísimo día en que ella me entrego su corazón, con sangre y aun palpitante, me lo dio en un cofre dorado decorado con perlas, mientras yo le entregaba a manos limpias la estrella mas codiciada del universo aun incandescente y al rojo vivo provocando quemaduras de 3er grado y deformaciones románticas.
Nos prometimos amor y en esta habitación hace 50 años nos entregamos a la pasión, robamos nuestra inocencia mutuamente, con nerviosismo y tambaleantes, sintiendo un alegre miedo, en el estomago lleno de parásitos y larvas que nos obligaban a devorar nuestros cuerpo suciamente y con pulcritud, saboreando sabores dulces y amargos que en ese momento sabían a licor divino. Hace 50 años, y ahora hemos muerto por propia voluntad, decidimos fusionar tu estrella y mi corazón y guardarlos en esta habitación que contara historias al escuchar el eco guardado en las paredes y el suelo. El eco de nuestra vida, observara a nuestras criaturas crecer y sonreirán al saber que el amor es tan real como el sonido proveniente de esta habitación brillante y manchada de escarlata.
El mundo conocerá nuestra felicidad y nuestra riqueza heredada de mano en mano y entregada de pueblo en pueblo con el fin único de que los pensamientos del alegre se amalgamen con el bostezo del pobre y fusionen con el llanto del triste, formando nexos de esquizofrenia romántica y legados de martirio divino. El amor perfecto, entre el noctívago y el lucífero, apartados por pura decadencia y sin saber obligados a la coalición.
Siempre fuimos felices desde antes de conocernos, tu soñabas con migo sin siquiera saber de mi nacimiento y yo ya te imaginaba sin saber que tu creación y la mía había sido deliberada para la unión, por mas de 100 vidas, muchas mas, siempre obligados a nacer y a conocernos una y otra vez, para robar estrellas y entregar corazones, para procrear noctámbulos y luceros. Y hoy hemos vuelto a nacer, a 2 continentes de distancia, separados por el mismo destino que nos unirá una vez más.
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