Era una tarde hermosa de invierno.
Fría caía una hermosa llovizna.
Mi ser vestido con las ropas mas negra que tenia en mi guardarropas.
En ese lugar oscuro, perdido en esta ciudad agonizante y muerta de invierno.
Mi familia nerviosamente reunida para una triste y hermosa foto familiar.
Llega el fotógrafo, serio, callado y tocándose el mostacho con mucha seriedad.
Estaba toda la familia.
Desde la clásica tía obesa, llorona y comilona por tristeza, asta la hermana fallecida.
El fotógrafo los da su pésame mientras me da su mano sacándose su cara galera funeraria.
La familia se reúne alado de la cajita de un fino roble manijas de caro oro.
El fotógrafo prepara el trípode de la cámara y prepara el flash.
La foto salio triste y hermoso, mi hermana salio muy fría ni siquiera sonrió.
Al fin llego la foto familiar.
Que tanto esperaba.
Texto agregado el 15-02-2008, y leído por 169
visitantes. (3 votos)