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Inicio / Cuenteros Locales / onanista_por_palabras / ¡Cuidado con lo que deseas!

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Muchas veces perseguimos objetivos que luego no resultan lo que pensamos, cuando estaba con mi novia, soñaba con todas las cosas que podría hacer si estuviera solo, pero ahora que estoy solo no hago ninguna de las cosas que soñaba con hacer. Antes creía que si tuviese la libertad de ir a los sitios que suele ir la gente modernilla, en vez de ver tanto la tele con mi novia, me ocurrirían muchas más cosas interesantes, ahora sigo viendo la tele, pero a solas. Por lo menos antes iba de vez en cuando al cine con mi novia, a ella le gustaba mucho, o le decía que no salíamos por su culpa. No es que no haya probado a ir a todos esos sitios con los ambientes que soñaba, donde creía que me desenvolvería con gran soltura. He ido, pero no me ha ocurrido nada, o nada de lo que había pensado. He acabado casi siempre borracho y sin acordarme de la mitad de lo sucedido. Eso me asusta un poco, porque es como si perdieras un trozo de vida. Lo más emocionante era la resaca del día siguiente viendo la tele mientras me comía un bote de pepinillos con sabor anchoas, que es lo que realmente me gusta.

El sábado, no pudiendo aguantar mas la tele, decidí probar suerte, a ver si ese día cambiaba algo, y salí con unos amigos de toda la vida. Entre ellos iba Maite, una chica con la que siempre que coincidimos tonteamos sin que nunca haya pasado nada entre nosotros, no sé por qué... o es ella la que tontea conmigo. El caso es que todo lo que hacía Maite el sábado me provocaba. Y creo que lo hizo con total conciencia, hasta que quedé obsesionado, y una vez en ese estado bastaba que bostezara para que me excitase. Para colmo, Maite no se dedicó a bostezar precisamente. El sábado, Maite sabía cómo manejar la situación, su forma de moverse a lo Lolita, el tono de voz que forzaba que me acercara tanto que inhalara todo el perfume de su piel y los temas de conversación... Yo me limitaba a parecer lo más interesante que había conocido de mi, en fin, lo normal si entendemos que me quería acostar con ella como fuese, esa noche sí que sí. Aunque ya nos conocíamos desde hacía años, la identidad se disfraza en cada momento por las circunstancias, y también por el alcohol. Tanto alcohol, habíamos estado rodando y bailando por todos los pub de la ciudad a base de cervezas y algún whisky, y cuando cerraron el Four Seasons, le propuse escabullirnos de los amigos e irnos a mi casa, pensando en rematar aquel juego que nos traíamos toda la noche... tal vez algún año. Accedió enseguida, por lo que me costó ocultar el entusiasmo, me concentré en que no se me escapara la sonrisa entusiasta y quedarme con cara de gilipollas.

Cuando llegamos al ascensor de mi casa, yo ya me imaginaba a Maite desnudándose a trompicones e implorándome que diera al stop, pero estas son las cosas que me llevan siempre a anticiparme con ansiedad, y es por ello que alguna mujer que otra crea que sólo pienso en el sexo y en su cuerpo, cuando lo que realmente necesito es amor y costumbre. Conseguí controlar mi taquicardia y llegamos a mi piso, saqué un par de cervezas y nos sentamos en el salón donde empezamos una conversación algo tensa, hasta que en vez de hablar con palabras, nos salían libélulas, y aunque las palabras son también formas biológicas perfectamente articuladas que segregan ideas como las serpientes veneno o las abejas miel. Las libélulas salían de nuestras bocas buscando directamente al otro, provocando una cosquilla en el brazo, un mordisco en la oreja, revoloteando y buscando huecos en la ropa. Aquello me resultó realmente agradable y excitante, y pienso, por la expresión de Maite, que tampoco la desagradaba. Esto me animó a lanzar mis enredaderas, que es lo que creo que se suele hacer en estos casos, nunca había estado en una situación así. Ella me ofreció un nenúfar, lo cual me hizo mucha ilusión. Los dos empezábamos a sudar cascadas de agua cristalina formando un pequeño estanque en mi salón, mi casa estaba cada vez más frondosa. Si cierras los ojos y reproduces las diferentes habitaciones en las que vives, te darás cuenta que se asemejan a tu propio cuerpo, y yo sentía correr a Maite por mi pierna derecha, es decir por el pasillo que llega a mi habitación. Jugando, había echado a correr entre los arbustos y la había perdido. Mandé seis colibrí para que la sujetaran, pero contestó con seis abejarucos, que se enredaron en un combate aéreo. Entre abejarucos y colibrí se confundían, palabras y luciérnagas, que se peleaban para ver quién brillaba más. Maite se refugió en la habitación que ahora era una gruta, o lo había sido siempre. Tejió una tela de araña y divertida esperó a ver si me enredaba, de un manotazo de mapache la aparté, la cogí y la di un beso de insecto que es mucho más pulcro, ya que tienen respiración traqueal y no pulmonar, que es un asco. Siguió con el juego llenándome de hormigas y yo la quise enviar un oso hormiguero, pero me salio un sapo. Creo que no la gusto nada, porque acto seguido me llegaron dos mofetas que hicieron que me desmayara.

El domingo desperté en mi cama con una gran resaca y Maite ya no estaba. No supe nada de ella en todo el día, y yo me lo pasé viendo la tele, mientras me comía un bote de moscas en vinagre con sabor a anchoas. ¡Croack!

Texto agregado el 14-02-2008, y leído por 570 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
03-04-2008 MIau, miau, te podria decir muchas cosas pero me quedaria corta, a mi personalmente me gustan las fiestas y no veo la tele, pero cuando esta la luna, gritamos al sol. Y cuando tenemos el sol lloramos a la luna. asi es la vida, de una gata que siempre esta por los tejados de noche y borracha, jajajajaj mis 5 gatasalvaje
25-02-2008 Divertidísimo todo lo que cuentas aquí. Siempre me causa gracia el hecho de que el alcohol, al que supuestamente recurren en busca de apoyo, termina derribando hasta a los más aguerridos. ¿Seguirá la Maite "tonteando" contigo? También me causa gracia comenzar y terminar en compañia de la televisión. 5* Susana compromiso
25-02-2008 jODER, JODER, JODER... tienes que hacertelo mirar... genial esa parte amatoria. Nomecreona
21-02-2008 Me encanta el tono con el que empieza el relato, y el desarrollo delirante de la segunda parte. Libélulas y colibrís, fantasías románticas en un tono humorístico. Realmente divertido. sophie
20-02-2008 Me gustó mucho el texto,paro creo que en esos casos en que se desea tener algo con alguién,nada sale perfecto cuando no existe el amor.Todo lo que se haga en esas circuntancias deja una sensación de vacío que presentí en tu escrito. Pero escribes lindo y atrapas.******** Un abrazo fuerte Victoria Ahhh a veces las cosas simples de la vida que no valoramos,nos hacen falta cuando se pierden 6236013
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