MELANCOLIA BLANCA



Lánguida llega su voz
desde la abismal distancia,
escucharla es como morir
en la inmovilidad
de una esperanza eterna.
Ya no agonizaré,
sé que hay otras orillas
en donde mis pies
podrán sacudir sus tristezas.
Su mudo sentimiento,
dejó una mueca difusa
entre mis dientes
y mi cuerpo se agita
en la espera de un corazón,
que sepa las palabras
en el instante justo,
para que la magia
ilumine el silencio.
El tiempo se hará amigo
de mi tierra seca,
el agua llenará mi boca
y mis huesos aguados,
borrarán la memoria
de este círculo de lágrimas,
derramadas sobre
un hombre incompleto,
borrado por la codicia
de un fuego lleno de rocío.
Las madrugadas se regocijarán
en su antigua soledad alquimica,
comprenderé entonces,
que cada movimiento
de este ajedrez universal
es perfecto en su marcha,
ya no arrastraré su color gris
por mi malancolía blanca
y su diminuto cuerpo
arrastrará su escarcha,
ciego de infortunio
sus zapatos gastados
llegarán a mi puerta
con nostalgia de luz,
sumergido en la melodía
de los muertos ajenos,
Dios moverá su dedo
y una lluvia violenta
le gritará mi duelo,
desde la lejanía azul
de nuestro infierno...