Inicio / Cuenteros Locales / polinamukina / El rebaño del sueño
Polina y Mukina eran dos ovejitas que eran hermanas. Las dos formaban parte de un rebaño muy extraño.Las sacaban a pastar por la noche, y se pasaban todo el tiempo caminando en fila y saltando vallas sin parar. Pero a ellas no les gustaba saltar vallas, ellas preferían correr y saltar de un lado para otro sin formar parte de una fila. Esta actitud les costaba siempre una reprimenda por parte de su madre y las ovejas mayores. Un día, cuando estaban las dos jugando en su cercado, vieron que estaba anocheciendo y que nadie las sacaba a pastar al campo, tenían mucha hambre. Le preguntaron a su mamá porqué no las llevaban al prado a comer, y su madre solo les decía que tuvieran paciencia, pero una oveja viejita llamada Moira les dijo algo muy extraño. “ El señor sueño ha vuelto y no nos necesitan”.
Las dos hermanas no entendían que había querido decir con esas palabras y no le hicieron caso. Como tenían mucha hambre decidieron saltarse la valla del cercado e irse a lugar donde ellas siempre pastaban, pero cuando saltaron vieron que a al otro lado del cercado no había nada, no existía nada. ¿Dónde esta nuestra pradera? – se preguntaban- ¿Dónde están nuestras vallas para saltar, y nuestro pasto para comer?
Las dos ovejitas empezaron a llorar desconsoladamente, y de pronto empezaron a escuchar una dulce voz que decía: “Mi niño, es hora de dormir, vamos a contar las ovejitas…. Una ovejita…. Dos ovejitas….tres ovejitas….”
De pronto, donde antes no había nada, apareció un prado verde y frondoso y empezaron a aparecer ovejitas saltando por todos lados. Entre todas las ovejas vieron a Moira y le contaron lo que habían escuchado mientras estaban fuera del cercado.
La vieja Moira les dijo: “Nuestro rebaño tiene una misión muy especial, nos encargamos de llevarle el sueño a todos los niños que no pueden dormir porque tienen pesadillas, ellos son los que nos sacan al prado y nos cuentan una y otra vez hasta que consiguen conciliar el sueño”.
Polina y Mukina decidieron a partir de entonces empezar a formar parte de la fila como todas las demás ovejas y caminaban orgullosas porque sabían que estaban ayudando a que un niño pudiera quedarse dormido.
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Texto agregado el 13-02-2008, y leído por 113
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