Emmanuel

El reloj marca casi las dos de la mañana y afuera no deja de llover.

Susana no duerme hoy .

Una noche lúgubre, matizada por el sonido retumbante de la lluvia en el viejo techo de la casa , que corrompe la tranquilidad

La sensación de desesperación aumenta conforme a segundero del reloj

Latidos del corazón que se convierten en martillazos incansables

Al mirar la puerta pareciera que se abriera en un parpadeo de ojos cansados

Susana da el ultimo trago al café amargo y frío , el cigarro que sostenía en la mano se ha consumido

Una llamada a la mitad de la madrugada despierta los sentidos de una mujer cansada y molida por la desesperación.

Las voz del teléfono sugiere agitación , es una voz masculina , Susana no distingue casi ninguna palabra.

Al colgar el teléfono Susana deja caer la taza, la cual irremediablemente se fragmenta en la duela de la sala

Las rodillas de Susana caen sangrando a causa de los trozos de taza en el suelo

Lagrimas caen entre sollozos incrédulos de las pésimas noticias que le acaban de ser comunicadas

Unas pisaditas descienden de las escaleras de mármol

Susana se levanta limpiándose las lagrimas y va hacia el encuentro de la pequeña Luisa, su hija, la cual pregunta ala madre somnolienta, por su papá

La madre deja salir irremediablemente un sollozo mientras estrecha ala niña contra su pecho.

Susana arrulla ala niña mientras le dice al oído - Ya volverá , tu papa, ya volverá