Fue así repentinamente como una aparición, que me sacó de mi ensimismamiento; Volviéndome a la realidad, de algo así como mi auto contemplación.
Cuando entrás vos al salón al compás de la música; esa sincopada arrabalera llena de pasos de machos y de hembras peleadoras. De miradas como puñales y bailoteando en deseos.

La visión de tu hermosura con esas líneas aerodinámicas, cual auto de carrera. Curvas por delante lomas por detrás, con esa faldita ajustada a más no poder y con esos años en que la mujer no necesita suplicar que la quieran, porque ya es un bombón de primera y con mucha carretera a cuestas.

Me quede boquiabierto y de un sopetón se me olvida ese morboso abatimiento.
Me siento más derecho que un palo de escoba; dejo de lamentarme de mi mala suerte, porque la mina de turno me había pateado el trasero.

Así me sentía antes de tu aparición en mi vida yo más seco que bacín de camello en un desierto seco y estéril, mustio y descolorido como lechuga al sol por el tiempo.

Tu aparecés con fuerza y me agitás la razón; ¡Que hacés mujer!... protesto
dejame que me hunda en el infierno que desaparecer quiero. Esos eran mis pensamientos

Más tú, hija de la buena doña Eva, ponés a mi alcance la tentación de tu cuerpo de dura belleza y pudorosos de ojos velados, creo que pa no caerse en la madera, y con esa secreta invitación a tenerla, aunque en mi olvidada y oxidada fortaleza.
Maldita la lanza y peor sable que pesaban por la herrumbre.
Trago saliva...tartamudeo un hola ; moviéndome como un oso paralítico me acerco a vos, con la mirada fija, en tus felinas formas, hechas mujer.

Movete hombre, pienso....Movete, Mientras caminás, dejá que hable tu cuerpo Hunde la panza.....Saca el pecho, y buscá esa voz de Tarzán, que nunca has tenido.
No soltés el aliento, para que no se te desarme el cuerpo. Tomá su mano. Atrapá su talle y en una pirueta de pura música, sacale el aliento del cuerpo; con el apretón de tus brazos y deslizándote con ella por la pista con un sentido Tango.
Cham..Cham

Nomade…Ganas no me faltan de sacarla a bailar aunque sea aquí en la tienda