Suegro, y no digo querido suegro porque no puedo sentirlo así, solo suegro como indican las circunstancias, y dado que usted se ha quitado la careta conmigo no corresponde que yo me la ponga ahora, nunca lo he hecho por respeto a mi amada Ximena, su hija.
Retomando entonces, suegro, le quiero decir con honestidad lo que siento, y lo que siento es que usted me ha defraudado, no es que me sorprenda su manera de actuar, es que imaginé que con el paso de los años se habría vuelto un poco más sabio, mas benevolente, como le pasa a una importante cantidad de personas, me refiero a ser un poco mas amable, comprensivo, generoso, prudente, agradecido y mire que pelotudo que soy, hasta un poco mas contenedor, como lo son algunos padres; pero en su caso, al menos en lo que a la relación que usted mantiene conmigo yo percibo todo lo contrario. Lo que ha sucedido esta noche entre nosotros lo viví como uno de los momentos mas tristes de mi vida, usted me ha ofendido y me ha lastimado gratuitamente, me ha humillado, no es la primera vez, (tengo una larga lista de situaciones injustas y dolorosas y es posible que usted no sea conciente de ello), pero es la última, eso se lo aseguro. Me cuesta entender el verdadero origen de tanto resentimiento para conmigo, puedo aceptar que no le guste que le haya pedido asistencia económica, lo que no puedo permitirle es que me diga lo que me dijo: “en algún lado tengo anotado no volver a prestarle dinero a Daniel porque cuando le presté no me lo devolvió en los plazos acordados”, esto sucedió alrededor del año 1996 0 97, hace al menos 10 años, no solo me hace mal que me lo diga, sino que además lo tenga y lo mantenga escrito en su computadora como una condena a cadena perpetua, ¿¿¿es un recordatorio por si pierde la memoria???, discúlpeme pero quiero ser honesto con usted y conmigo mismo: yo pienso que usted es un soberbio, y si ese es el resultado de su educación cristiana y militar no sabe cuanto me alegro de no haber sido formado en esa cultura. Mire don Felix, las personas cambian, y aunque usted desconfíe algunas lo hacemos para mejor, usted no me conoce, usted no tiene la menor idea de quien soy yo, se ha olvidado de actualizar mi ficha, usted no es mejor que yo para juzgarme como lo ha hecho. Si no estaba de acuerdo en prestarme dinero bastaba con que me hubiera dicho que no, no quiero, no puedo o no tengo, para mi era suficiente y es además una posición respetable, pero a usted no le alcanzó, tuvo que humillarme gratuitamente, ¿acaso eso lo hizo sentir mejor? no lo creo.
Cuando usted estuvo enfermo e internado hace unos años, el único que se quedó de noche a cuidarlo, y de corazón porque lo consideraba un padre, ese fui yo, todo sin esperar nada a cambio, solo velar por su salud; cuando no hace mucho necesitó sangre 0 negativo fui su donante incondicional, y con alegría ofrecí que me sacaran doble cantidad porque era para usted, que era como un padre, usted lleva medio litro de mi preciado 0 negativo, ¿estará ahí el problema?, ¿lo habré contaminado?. Mire suegro, yo no soy de mostrar mis virtudes que a decir verdad no son muchas pero algunas tengo, pero esto lo traigo a cuento, para que entienda que posiblemente algún día usted pueda volver a necesitar de mi, ¿cómo se sentiría (que Dios no lo permita) si llegado ese momento yo le dijera que en algún lugar tengo escrito “no volver a darle mi sangre ni mi asistencia porque cuando necesité de él me humilló”?, y no me estoy refiriendo al dinero!!!
Mire, no seré un buen cristiano, pero soy una buena persona, le juré a mi esposa que no guardaría rencor hacia usted y voy a cumplir con ella, lo que sucede es que para lograrlo debo ponerlo al tanto de cómo me he sentido, ahora estoy en paz, espero que usted también. Se que diciéndole todo esto estoy posiblemente poniendo la otra mejilla, pero también se que ahora estoy íntimamente preparado para recibir los golpes necesarios para que usted sepa por fin a quien tiene enfrente, o quizás al lado.
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