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Si para morir plenamente, hay que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, para amar y ser amado en estas tierras continentales es necesario llegar a las profundidades de nuestra identidad indo latinoamericana, huelga a decir llegar al ombligo del mundo al Tahuantisuyo, al mundo quechua, a unas de las mas brillantes civilizaciones precolombinas, es un viaje al pasado y al presente, es una mirada a un mundo por construir, es una respuesta, una bofetada al engendro del neoliberalismo, es en definitiva una apuesta a la construcción de una vida nueva personal y colectiva.
Para llegar ahí, al igual que Roma distintos son los caminos, en avión a Lima, Cusco, si vienes de Europa, si lo haces, desde acá, inexorablemente debes tocar otra ciudad maravillosa; Arequipa. Debes quedarte varios días para reconocer la impronta barroca del invasor e imaginarte como se logra recrear las aspiraciones de esos bárbaros europeos en el -según ellos- nuevo mundo, luego un bus, 9 horas de viaje para adentrarte al pasado y a los vestigios de las civilización del imperio Inka, llegar al Cusco, en la madrugada y de pronto en estas fechas, llenas de fiestas religioso-popular, probablemente al igual que nosotros te encuentres con la preparación en el Camino de cientos de muchachas, jóvenes y adultos bailando las danzas de adoración a las patronas (vírgenes locales), con aquella música tan propia de la región, pudieses pensar que te están esperando a ti, mas no deja de ser coincidencia y de introducirte al mundo mágico de esta América morena, ya de este momento tu ánimo cambia , ya no interesa las horas de viaje y el cansancio, ya eres parte del pasado y actor del sincretismo de las nuevas culturas que se desarrollan en este pasado presente.
Sin embargo la llegada al Terminal de buses te vuelve a la realidad, te esperan cientos de mercachifles a ofrecerte el oro y el moro, de los mejores hostales, los tour, en definitiva, el mundo del consumismo, claro es una manera de vivir de aquellos habitantes, pero esta la posibilidad, en tu derecho de no aceptar y seguir con tu plan que es no tener plan, claro que las tentaciones están a la vuelta de la esquina, si de pronto se te acerca un joven y te ofrece distintos servicios turísticos y tu le preguntas como se llama y el contesta Lenín, por cierto que caerás rendido y capaz que aceptes por una cuestión de conciencia, reflexionarás, pero ahí está el realismo mágico, pues ni por el nombre y ni la simpatía igual resulta al feroz negocio y tu te quedas con la mitad del presupuesto y con la mitad de lo que ofrecía el paquete turístico, moraleja que los gringos paguen, nosotros debemos seguir simplemente solo en la aventura, hablar de las calles, de las catedrales, de los vestigios arqueológicos preinvasor lo puedes encontrar en Internet, o como nosotros releyendo el Canto General de Neruda.
La aventura es encontrarse además con una huelga general que se opone a vender a las transnacionales el patrimonio de estos descendientes del imperio Inka, mas del noventa por ciento de la población paralizó el Cusco, a los gritos de los campesinos indígenas, no a la venta del patrimonio a las transnacionales, no al neoliberalismo, no a los empresarios chilenos y a veces los gritos eran contra todos los chilenos, entonces en un momento en una asamblea espontánea, en la plaza donde fue destrozado Tupac Amaru II, tomar la palabra y hablar de igual a igual, de hermano a hermano, identificando quien son los enemigos del pueblo en el Perú como en Chile y sentir ese calor que da la condición de luchador social de la patria grande no importa donde estés y a ello de la mano de tu compañera, sientes en definitiva que has sellado para siempre un vínculo de amor que sobrepasa los compromisos tradicionales de una unión eterna.