Dos Corazones
A mi hijo
Hoy, pensando en un adolescente, pude tocar la tierra en pleno giro, ¿qué podría pedir al mundo un joven condenado a morir? Decidí saber qué podía querer más que vivir… Recordé que cuando habla conmigo y me mira, puedo sentir el latido de sus dos corazones, uno para entender lo débil que somos teniendo todo, otro para alimentar su organismo.
Muy breve es el sentido de la vida. Para cada uno, una historia diferente.
Cuando la ciencia dice no, los duendes y brujos nada pueden hacer. El amor que entrego a este ser no tiene precio, ni años de vida, es toda una eternidad, intento multiplicar su vida con la felicidad que muchos no tuvieran ni viviendo dos siglos…
Está cerca el día en que todos celebran el amor y estas frases hacen que mi vida tenga sentido, al saber cuánto amo a este joven, cuán profundo lo llevo en lo más intenso de mi espíritu.
¿Has escuchado alguna vez cuando te dicen “confío en ti, te quiero, te necesito”? ¿Has podido sentir el aroma de azucenas que nos llega? Es difícil describir lo que se siente, si somos humildes y transparentes ante esta realidad, que se convierte en una obra de arte: sentir amor y entregarlo sin reparos a quien tanto lo necesita, nuestro pedacito de cielo azul…
Ya no se piensa en la muerte cuando nuestra vida es forjada y conducida con dulzura y cariño, por eso este ángel joven no piensa que va a morir pronto, sus pensamientos y sentimientos superan la desgracia, por el mero hecho de sentirse amado y amar a todos sin distinción, hasta a los más infelices, los que no aman ni son queridos, esa es la respuesta que me dio su mirada inocente, sin preguntar siquiera.
|