-¿Quién eres?
-Odiseo
-¿...?
-Navego dentro de mi cráneo. Huyo de Scylla para caer en Caríbidis.
-¿...?
-Todos tenemos a un lado Scylla, en otro Caríbidis y un viaje.
El viaje acaba siempre en un mar petrificado.
-¿Y las sirenas?
-De las sirenas no sé nada. He oído hablar de ellas. Todos los viajeros tienen una historia de sirenas. Pero sospecho que todas esas historias son falsas. Se refieren a la necesidad de ser devorado por un canto enigma dirigido a uno mismo. Antes que el silencio, cualquier cosa.
Quizás hubo una historia entre todas que era cierta. Quizás hubo alguien que escuchó realmente las voces de las mujeres pájaro. Pero si lo hubo, justamente, fue devorado por ellas. Y entonces ya no hay historia.
-Luego la historia de las sirenas es una paradoja.
-No había caído en ello. Después de todo, si es una paradoja puede que sea cierta.
-Eso es una tontería.
-Tienes razón. No me hagas mucho caso.