El fanatismo

Estamos rodeados de fanáticos. Son aquellos que encajonan sus mentes y las enfocan en un solo asunto ya sea político, religioso, deportivo o de cualquier índole que su interés despierte. Tienen una mente completamente cerrada, no escuchan otras opiniones que no encajan con las suyas y lógicamente siempre tienen razón. Discuten, se pelean y hasta matan por lo que creen justo, sin importarles el daño que hacen a si mismos y los demás. Su razonamiento no va más allá de sus propias narices, si es que se le puede decir a eso razonar. Siguen obtusamente un camino equivocado muchas veces peligroso y eso es usado por personas inescrupulosas, metiéndolos en sectas, usándolos como chivos expiatorios en política o atizándolos con gritos en campos deportivos. Esos fanáticos no se dan cuenta que son usados como objetos, creen a pie juntillas lo que se les adoctrina. Dan su vida por su guru, presidente o general o por cualquiera que está al mando. El día que llegan a despertar y se dan cuenta que fueron engañados, el daño ya fue hecho. Otros no despiertan a tiempo y terminan en un cajón. Y lo peor del caso es que esos fanáticos matan a cualquiera que creen un obstáculo en el camino de su verdad. Una verdad tan oscura como la mente que la suscita.
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