Escrito en un café en una servilleta en una tarde lluviosa en Santiago en Julio del 2007

Invernal y estremecido recordar
que aún estoy en este mundo,
frío y hostil como el tiempo.
Cala hondo en mis huesos
clavando su cuchillo gélido,
en mis ya desgarradas entrañas.

El sol y la primavera
con sus ondeantes banderas,
envolviéndote con su luz y calor
viajaron raudos hacia el horizonte,
tras ese filial amor
a esas verdes mañanas.

Siento el deslizar de la lluvia
en fresca cascada cantarina,
humedeciendo mi seco corazón
que dejó de latir, ya no germina,
sembrado en mis ausencias dolidas
con el frío arado del dolor.

El líquido elemento que ahoga mi visión
corre por los surcos dejados por el tiempo,
surgido de los manantiales de mi rostro,
de los salares de mi yermo desierto
viendo a las aves volar hacia el sur,
y yo esperando el germinar de mi corazón.

Te esperé hasta más allá
de mi existencia,
tapizando mis ideas con tu pensamiento;
recorriendo esos caminos
junto con tu exultada presencia,
y revivir este corazón dolorido
que ya no tiene vuelta.

Nomade...solo nomade..Sembrando..sembrando su pena