Ya a estas horas se queman las esperas,
Se cortan los pedazos de miradas;
Atravesado estoy de rayos,
de hielos,
de aguas
De la llamada que encuentra allí un recuerdo en el espejo
Y que te mira y te llama
y te llama mientras te mira de nuevo.

(Quisiera recordar en qué momento se me acercó esta soledad).

La soledad que desgarra, se sufre al final.
Se sufre la soledad de una mujer,
la soledad del beso en que dos vidas se reconocen
la soledad de una mirada cautiva
la soledad de un instante en compañía
la soledad de momento de confianza
la soledad de un afecto
la soledad que se sienta tras el silencio
la soledad sobre las palomas
la soledad en los faroles de la noche
la soledad bajo las sábanas
la soledad que no estaba
cuando me encontraba entre sus piernas a la espera de sus secretos
la soledad en medio de la mesa
la soledad-amistad
la soledad-tranquilidad...
La soledad que está en todas partes.

Pero vendrá el placentero alivio de la tranquilidad
Despertaré una mañana de mañana, con un Adiós...
adiós a las dolencias congeladas,
despertaré con la vida y la muerte tomadas de la mano
y sus ojos de cristal tras el espejo, completando el ciclo de esperanzas que se han guardado