Los piratas del Besós atacan el 203
Los pasajeros del autobús 203 con recorrido Plaza Cataluña-Santa Coloma de Gramenet(Fondo) estaban bastante alterados. Y con razón. Últimamente habían habido muchisimos abordajes desde el río. los piratas atacaban preferentemente a los transportes públicos, y con preferencia a los autobuses, ya que abordar un taxi era bastante más complicado y además, no compensaba el esfuerzo. Hay que resaltar que los piratas eran bastantes y podían controlar a todo el pasaje de un autobus: no había ningún problema. Atacar a un taxi les costaría lo mismo (suponiendo que le alcanzaran) y sacarían mucho menos botín. Además, el tipo de botín de un usuario de taxi no era algo que les atrayera, por lo general gentuza de la clase baja-media. Ellos buscaban los tesoros de la clase baja-bajisima: esos sabrosos bocadillos de chorizo del almuerzo de las 14:30... esos bolsos con agujas de hacer calceta de las viejas del parque... las carpetas atiborradas de sabrosos apuntes de los Universitarios (ultimamente, se cotizaban bastante bien durante el reparto del saqueo diario los apuntes de matemática de los niños de sexto).
Evidentemente, el punto estratégico de mayor importancia durante el recorrido del autobús, era a la hora de cruzar el puente que unía las dos metrópolis de Barcelona y Santa Coloma. Los piratas solían parapetarse entre las columnas de acero y hormigón y esperaban, taimados, el avance rápido pero impuntual del 203. La policia ya no sabía que hacer. Aquí y allá solían tender contra-emboscadas a los piratas, mayoritariamente en puntos cercanos a la comisaria, por comodidad. Pero los piratas no eran tontos y nunca hubieran puesto un pie lejos del rio. El subcomisario Gutiérrez lo había repetido por activa y por pasiva "Tal vez deberíamos vigilar el rio, que es donde suelen aparecer siempre". Pero al final siempre se dejaba convencer.
Y de este modo, los delincuentes podían seguir actuando impunemente. En cuanto veían aparecer el transporte rebosante de mercaderías, sacaban sus lanchas Zodiak enmedio de la calle, lanzaban sus ganchos con cuerdas al parachoques (sembrando el terror entre los pasajeros y el propio conductor) y se avalanzaban sobre sus victimas entrando (irónicamente) por las ventanas de emergencia, impidiendo cualquier huída.
A menudo se desencadenaba una cruenta batalla: Los piratas, armados por sus palos con pinchos, amenazaban desafiantes a obreros, estudiantes, jubilados, y a cualquier cohabitante del móvil cubículo, mientras que estos de defendian con bastones, puntiagudos compases y contundentes llaves inglesas.
El lenguaje proferido por semejantes contendientes era bastante pintoresco, por decirlo de alguna manera. No era el típico diálogo entre un caco con clase y un aristócrata al que tan bien estamos acostumbrados:
- Por favor, señor, deposite el collar de perlas de su señora y su reloj de oro en el saquito que aquí dispongo para su uso (que no usufructo)
- En el acto, caballero, más no nos dañe con ese cuchillo, por Dios se lo imploro
- Hagan lo que les indico y nadie saldrá perjudicado...
...mientras que el diálogo que a menudo tenian que soportar los usuarios del puente a esas horas solía ser el siguiente
- CABRONEEEES!!! ID A ATRACAR A VUESTRA PUTA MADRE, SI ES QUE LA CONOCEIS!!!
- JOPUTAAAA!!! TRAE P'ACA EL BOCATA MORTADELA, QUE TI HE VISTO, MAMONAZO
- VEN P'ACA A QUITARMELO SI TIENES GÜEVOS, CORNUDO, ME CAGON TOS TUS PUTOS MUERTOS PUESTOS EN FILA INDIA!!!
Pero al final, los piratas siempre vencian. Por eso son profesionales!!!
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