El fantasma de tus recuerdos se posa en mi cama, con sus caricias me seduce, me llena de memorias y con sus besos abre mis heridas. Esas heridas me hacen recordar que no eres mía son tan solo fragmentos de un alma que alguna vez fui y que intenta volver a esos momentos. Momentos en que tu sonrisa acalla mi llanto y tu felicidad apoca mi lamento. Lamento que me despierta al recordar tu corazón y su verdadero dueño con el alba tocando mi ventana me doy cuenta que nunca fuiste mía.
Texto agregado el 09-02-2008, y leído por 128 visitantes. (4 votos)