Existía en el reino del bosque una princesa, poseedora de inigualable belleza y del corazón más grande jamás visto entre los duendes.
A pesar de tener muchos amigos e incontables pretendientes, la princesa se sentía sola y aunque su corazón era tan grande, no podía abrirlo a nadie, tan desdichada se sentía que creyó nunca llegar a amar…
Enamorado de la princesa y sabiendo imposible el impulso de su alma, bajo un cielo tupido de estrellas un joven duende recordaba un viejo cuento Poka que habla sobre una llave única, capaz de penetrar en un lugar lleno de magia, donde no hay límites ni imposibles… los sueños.
Quería encontrar la llave, era la única forma en que podría estar con ella, pero cansado de no saber por donde empezar, se quedó dormido…
Soñaba con ella, con la hermosa princesa duende, soñaba la vida a su lado, se soñaba enamorado, feliz, pleno, su felicidad era tal que no despertó.
Tan grande fue su amor por la princesa que estaba dispuesto a dar la vida y a ofrecer una eternidad para permanecer al lado de la bella duende.
Pasaron días y días y el duende no abrió sus ojos, soñando quizo vivir…
Cierto día la princesa soñó que un misterioso joven duende le ofrecía un pequeño corazón y con algo de miedo decidió aceptarlo; después de esto una suave y tierna voz le dijo que sólo hacía falta despertarse para que se diera cuenta que el sueño que acababa de tener había sido la historia más maravillosa jamás contada.
Cuando la princesa despertó, se dio cuenta de que por primera vez su corazón latía y ahora era más grande, estaba enamorada.
Sin embargo, el no saber de dónde provenía dicho sentimiento y el enigma de aquel su secreto duende, la princesa forjó un sentimiento de desconfianza y recelo a soñar otra vez… pero lo hizo…
Pasó el tiempo y el joven duende siendo tan feliz en sueños quizo soñar y soñar y se olvidó de vivir.
El duende murió soñando con su bella princesa y junto a su corazón encontraron una hermosa llave de un brillo extraordinario nunca antes visto.
La princesa dejó de soñar con su enamorado duende, cada noche dormía con la esperanza de verlo aunque fuera unos instantes, pero poco a poco sus sueños se desvanecieron y su alma, triste y confundida, decidió cerrar otra vez su impenetrable corazón.
La fantástica llave llegó a la princesa, pues conocedores de la historia los habitantes del reino del bosque supieron que ésta debía estar junto a ella.
A partir de entonces la princesa sueña con su duende, pues en su poder tiene la llave de los sueños, que a abierto su inquebrantable corazón y la deja estar junto a su mítico duende ya que los sueños nos acompañan para siempre, por la bastedad de estos, la magnitud de la imaginación y la magia de lo extraordinario y a pesar de que acabe la vida, mucho después de los tiempos, el amor, siempre será, para todo aquel que esté dispuesto a soñar.
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