Pobre mi bajel
De maderas carcomidas
Donde reina el mar
Donde nadan las Nereidas.
De tantos años navegados
Entre callejeros puertos
Y calladas aldeas.
No son treinta o cuarenta
En alegrías;
Ni cien ni cincuenta
En silencios.
Pero más de setenta
Llevas navegando;
Arrastrando por tu estela
Los años que llevas a cuesta.
De guerrero navío;
De bergantín a goleta
Has sido.
Todos solo desean
Llevarte a su dique,
Para el final desguace;
Y así aprovechar tus maderas.
Dejando lo principal
Al viento y a las arenas
Que recibirán contentos
La experiencia,
Y el amor
Que les ofreces y entregas.
Solo ella,
Mi princesa de las mareas
Brilla como un fanal en cubierta
En mis ojos como la luz de las estrellas.
Pobre mi bajel
De piel mis velas
De huesos mis cuadernas.
Me has llevado
Y me llevas
Siendo mi templo y mi cuerpo
En olas de sentimientos
De amantes en estelas
De dos almas que cantan
El amor que se entregan.

Nomade…Mi puerto es seguro si entras en el, sin mares de tormenta