Escasamente te conozco y ya se quien eres
Platino de ese minuto que fue oro y ausencia de intereses maniobrados
Entre tantos otros...
Por momentos se pasaba un siglo que creímos un año
Y la primavera venia con lluvias , un invierno mil veranos inmersos en la mas absoluta confusión por encontrarse con lo desconocido
Entre ellos, tú, compañero, fruto de un amigo, hermano de la luna y calor mas tibio que un montón de azotes de lo errores que cometidos, se parchan con uso de un tiempo que había ido a pasear al baile de los momentos, donde se utilizaba con dicha, no con distancia, no con desvanecimiento de un “tal vez” mal escrito o de un silencio que gritó con lo que no se dijo.
Escasamente te veo y ya sé que estás conmigo
En tinieblas, en los días, en un telón, escenario de la vida, en los momentos que no te espero, ahí estás molino de viento, girando en tu propio círculo, basándote de teorías vanas que después de las caídas, sé que te sanaran dolores, aliviaran la muerte interna y podrás regalar vida...
Sonríe, amigo, que cuando pasen mas siglos serán dos años de sonrisas que no se compraron con un volcán de presiones, se construyeron en el aire y quedaran en nuestros sentidos, respiraremos de ellos, incluso en la distancia y crueldad del tiempo, allí estarán intactos, entre archivos, que quizá parecerán extraviados, quizás leídos por el tiempo, o reescritos entre tantos, por mas sentidos protagonistas de un momento, un baño de luna o un firmamento desierto,
Ni siquiera lo conozco y ya sé que Dios preparó este encuentro...
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