¿Dónde está tu jardín?, pues te traje una flor…
Hoy es un día especial y la verdad
es que me encuentro un poco ansioso.
¿No tienes jardín?, no te preocupes,
lo crearemos con nuestras manos.
Estamos un poco atrasados, ¿no crees?
Sí, yo también estoy asustado,
pero debemos ir, toma mi mano.
Te das cuenta, en un cerrar de ojos llegamos,
Está tu familia, tus amigas, estoy yo…
Todos orgullosos de esta ceremonia
que te convierte en una mujer adulta,
quizás en forma simbólica,
quizás no…

No sé si te diste cuenta, pera esa tarde
había un espejismo especial en el cielo,
la brisa barría con suavidad las atrasadas
hojas del otoño y tus ojos,
tus ojitos brillaban como el sol de la conquista.
Nadie dijo que iba a ser fácil,
yo llegué a tu vida apenas a la colita
de esa tremenda travesía, pero,
aún así, me sentí tremendamente orgulloso,
pues fuiste la reina y con tu frente bien en alto
recibiste tu título con una sonrisa sarcástica:
“Y que alguien me lo venga a quitar”