Después de tanto caminar, veo el horizonte,
Y allí, estas tu, ansiosa,
Por un instante sonríes, yo…
Simplemente corro a tus brazos.
Fue un camino largo, lleno de noches frías,
Toda mi vida buscándote, traspasando fronteras,
Pero ahora nada importa, al fin he llegado a ti,
Y esta vez no te dejare marchar, no sin que me lleves,
No sin que me lleves a su lado.
Misteriosa, mágica, bendita muerte,
Al fin te encuentro, tanto buscarte,
Y solo para pedirte que me lleves a su lado,
Al lado de la persona que me arrebataste,
Siendo tan solo un niño.
Esa persona que debía escucharme, aconsejarme y amarme,
Muerte, hoy que al fin te veo,
Solo te pido que me lleves a aquel lugar,
No importa si es cielo o infierno,
Tampoco si hace frío o calor,
Mucho menos si es bello o es horrible.
En verdad, lo único que importa,
Es estar junto a ella, y sentir su calor,
El calor y el cariño que solo puede brindar alguien,
El calor y el cariño que solo puede brindar mi madre.
|