El que hace cine , lo hace desde un perspectiva pura critica y no profunda, por eso yo no critico sino que trato de ver como yo haria tal o cual escena" Jean Luc Godard
Alrededor de 1960, desde Europa central a Brasil, de Canadá a Italia, el cine se agita. De apenas nada surgen escuelas nacionales y las viejas cinematografías son regeneradas por una juventud irrespetuosa, Por razones técnicas (puesta a punto de cámaras ligeras, el uso generalizado de la toma de sonidos sincronizados, la aparición en el mercado de películas más sensibles, utilizables sin que sea necesario inundar de luz artificial un decorado construido en estudio) el cine se libera, el coste de las películas se abarata, la sacralización de las funciones es discutida. No se trata aun de la cámara-stylo deseada por Alexander Astruc, pero es, sin embargo, una ruptura con el sistema y sus dirigentes económicos corporativos, incluso sindicales, y con los códigos de la industria.
El fenómeno universal de la Nouvelle Vague, encuentra en Francia su nombre y su expresión más acabada, por motivos que pertenecen a la historia del cine francés. Después del choque que supuso el paso al cine sonoro, cuya sacudida se dejo sentir entre 1929 y 1932, se había instalado una continuidad que los avatares del frente popular o de la guerra mundial habían alterado: los directores de 1955, en Francia. Viejos en su mayoría, establecieron las reglas de un cine cimentado en tres pilares: un guionista-dialoguista; un estudio donde trabajan técnicos, decoradores u operadores jefes de muy alto nivel; y actores, de talento y populares. La máquina es pesada, el reclutamiento de directores nuevos es raro, sometidos a reglas severas: los jóvenes directores de los años cincuenta son, a menudo, cuarentones que han crecido en ese ambiente, ayudantes durante años de realizadores que no tenían más que enseñarles.
La Nouvelle Vague, responde, primeramente, a una necesidad creciente de renovación de los cuadros. Entre 1958 y 1962, al menos 97* directores realizan y presentan un primer largometraje. Es un acontecimiento social, que la prensa subraya.
En el otoño de 1957, el semanario express habia publicado una amplia encuesta sobre la juventud, bajo el titulo: Llega la Nouvelle Vague. Un año mas tarde por un fenómeno de reducción imprevisible, la Nouvelle Vague& designa sólo a la juventud del cine. Un coloquio organizado en la Naupole, en el transcurso del festival de Cannes, en 1959, permite puntualizar. La Nouvelle Vague, ambigua desde su origen tiene tres componentes:
- Una parte ineludible: los que, en todo caso, habrían asegurado la sucesión de los viejos maestros y artesanos que se han retirado. Formados por muchos años como ayudantes: Molinaro, Deville, Lautner, Sautet o Louis Malle, son citados en el cèlebre numero de Cahiers du Cinéma, que hace balance de este movimiento en 1962.
- la parte relevante del cortometraje (antecedente). Durante los años, más bien sombríos, de la IV República, el honor del cine francés había sido defendido por directores rigurosos, si no puritanos, que se expresaban en cintas de 10 a 30 minutos. Se llamaban: Franju, Resnais, Kast, Varda o Chris Marker. Hablaban del presente e inventaban el futuro, hacia 1960, encuentran la brecha que les permite acceder a la vez al largometraje y al gran público.
-la parte casual. En 1945, en un articulo célebre de Cahiers du Cinéma, el joven François Truffaut juzga de modo brutal, polemico e injusto al cinéma de qualité*, acusando sin ambages a Autant lara, Yves Allégret, y a sus guionistas Aurenche y Bost, Jeanson, Sigurd, de ser unos burgueses haciendo un cine para los burgueses. Alrededor de la ya famosa revista Cahiers y de André Bazin,
se habían constituido un núcleo de cronistas y críticos que deseaban acceder, un día, a las cámaras.
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