Época de subastas,
época de liquidaciones,
por apuro, vendo
unos ojos tristes,
no la mirada, ella aún me sirve,
vendo una nariz descomunal,
no huele tanto, no se lo crean,
vendo una boca cerrada,
no mi apetito, que no es opíparo,
vendo un par de brazos famélicos,
una pancita pequeña, es lo que hay,
vendo unas piernas flacuchentas,
más, no mis pasos, esos los atesoro,
no me han llevado por malos caminos,
vendo un ombligo sin tierra,
desde hace poco dejé de ser terrateniente,
vendo un par de orejas fantasmales,
nada escuchan, todo lo saben,
vendo una espalda bien aceitada
para que resbalen las traiciones,
vendo una lengua deslenguada
que insulta sin decir garabatos,
todo esto está de oferta,
proponga usted, todo se acepta,
mi alma se queda conmigo,
ella no está a la venta,
se la tengo ofrecida al demonio,
mis recuerdos también son valiosos,
y no son parte de esta subasta,
acuda pronto, que no faltará
el menesteroso que se interese
o la gente que anda siempre a la caza
de cuanta chuchería esté a la venta.
Faltan algunas piezas, ya lo sé,
quiero que sepan que soy honrado,
no vendo nada que sea inservible...
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