Cayó la noche y ya no estás,
me duele el viento frio que golpea mi cara.
La lluvia hiela mis entrañas al ya no tenerte cerca.
Te pienso en un viaje donde tu dolor ya no existe,
donde tu triste historia desaparece.
Ahora ya no tienes memoria,
ahora eres más bello,
descansas, sonries,
ahora eres etereo.
Ya no te miro, me duele todo lo que nos separó, quizá mi aparición en tu vida fue un problema,
no era mi intención,
pues mi misión era amarte, no destruirte.
Quizá todo esto no rime, pero en verdad existe.
Habría sido fantástico ser tu amigo,
saberte feliz, no reñir,
compartir contigo mis sueños de hadas,
mi pasión por el cine, mis desgracias aisladas.
¿Por qué tuvimos qué pelear,
si en verdad eres mi heróe?
Y no hacian falta los golpes, ni los insultos.
Si por lo menos difrutaramos de un "te quiero".
Pero llegó la noche y ya no estás...
¿A hora quién me salvará del mounstro del armario?
¿Quién me dirá qué todo está bien mientras cae la lluvia?
¿Con quién compartiré las canciones de la Callas, mientras bebemos un té de manzanilla con leche evaporada?
Lo bueno fue haberte dicho te amo y acariciarte tiernamente mientras dormias.
Quizá dentro de poco olvide tu cara, pero tendré tu foto para recordarte.
Tal vez recuerde lo bueno que no nos hizo sufrir.
Pero lo importante es que te guardaré completo en el último lugar de mi corazón, en donde nadie te toque.
Hoy la noche es más oscura,
solo te pido que no apagues la luz, ya que tengo miedo.
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